Las alergias se han convertido en una realidad a voces que año tras año ocupa un mayor espacio en nuestras vidas. Quién no conoce un familiar, un amigo, un vecino, o incluso uno mismo, que en algún momento no haya tenido esos síntomas tan incómodos y manifiestos. Hay un gran número de alergias y cada vez van en aumento. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) entre el 20% y el 25% de la población mundial sufre algún tipo de alergia.
Existe una gran tipología de alergias (ambientales, alimenticias, medicamentos, etc.). Todas ellas cada vez más frecuentes y con una mayor interferencia en nuestra calidad de vida. Quizás las más visibles pueden ser las alergias a plantas y árboles una vez que se aproximan periodos en los que los alérgenos se hacen más fuertes, sobre todo entrando en la primavera y épocas estivales, como es el caso. Un dato curioso es el que apunta a que hay una mayor incidencia de alergias en los países más ricos. Además, se estima que para el año 2050 más de la mitad de la población mundial tendrá una. Por añadir un nuevo dato, hasta un 10% de la población mundial también sufre enfermedades autoinmunes, quiere esto decir que nuestro cuerpo en vez de dirigir su ataque contra los agentes extraños, como pueda ser una bacteria o un virus, lo dirige hacia nuestros propios tejidos.
Que es una alergia
Una alergia es una respuesta descontrolada y excesiva del sistema inmunitario a una sustancia determinada. Esta sustancia no debería ser identificada como una amenaza pero nuestro cuerpo responde como tal. Hay distintas hipótesis que tratan de explicar la aparición de las alergias, pero ninguna se puede considerar a ciencia cierta que sea la causante. Muchas de estas hipótesis más que ayudar a entender las cosas a veces han provocado el efecto contrario, confundir. Las referidas a los hábitos de vida de las sociedades más industrializadas, la globalización, el estrés, el cambio climático y la contaminación podrían señalarse como las principales.
El impacto de las alergias; cuerpo y mente.
Las alergias no solo impactan a nivel físico, sino que también tienen un efecto significativo en la psicología y el bienestar emocional de las personas. La sensación de tener que luchar constantemente con síntomas, como la picazón de ojos, lagrimeo y enrojecimiento, estornudos, tos seca, congestión nasal o dificultad respiratoria puede provocar angustia en las personas y generar ansiedad, estrés e incluso estados depresivos.
Papel del psicólogo en enfermedades no psicológicas.
Vivir con alergias puede llevar a una sensación de frustración y limitación. Las personas con alergias pueden encontrarse constantemente enfrentando obstáculos en su vida diaria, desde seleccionar alimentos que no desencadenen reacciones nocivas, hasta evitar ciertos entornos al aire libre que puedan provocar los síntomas. Estas limitaciones son susceptibles de conformar una sensación de limitación en distintos momentos de la vida cotidiana que se pueden traducir en sentimientos de impotencia y desesperanza, generando en algunos casos apatía, retraimiento y labilidad de ánimo.
A nivel social, también es importante tener en cuenta los efectos de las alergias. Explicar las limitaciones asociadas con las alergias a amigos, familiares o colegas puede generar incomodidad o incluso vergüenza en algunas personas. Para este tipo de actuaciones es muy importante conocer y poner en práctica la asertividad y los derechos asertivos, como medio de afrontar y resolver diferentes situaciones. Las alergias pueden dificultar la participación en eventos sociales o actividades grupales, lo que puede llevar a sentimientos de aislamiento y exclusión. También la falta de sueño debido a los síntomas nocturnos, como la congestión nasal o la picazón en los ojos, puede afectar la concentración y la productividad durante el día. La comunicación interpersonal y la explicación adecuada en este tipo de situaciones puede ser muy importante para paliar sus posibles perjuicios. Fomentar la comprensión y la empatía de nuestros interlocutores se convierte en una herramienta muy útil.
Relación entre salud física y salud mental.
En casos en los que todos estos aspectos comentados anteriormente no se resuelvan bien, y se prolonguen demasiado en el tiempo, es posible la aparición de estrés crónico con incidencia en el bienestar general. Además, este estrés constante puede afectar de forma determinante a nuestro equilibrio emocional, y en algunos casos, generar cierto deterioro en la autoestima del individuo.
Tratamiento
Terapias eficaces para este tipo de alteraciones.
Abordar tanto los aspectos físicos como psicológicos de las alergias es fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. El apoyo emocional de amigos y familiares, y en algunos casos de profesionales de la psicología puede ser el camino mas adecuado. En CIPSIA PSICÓLOGOS podemos ayudar a solventar este tipo de problemáticas.
En última instancia, encontrar un equilibrio entre el manejo de los síntomas físicos y el bienestar emocional es esencial para aquellas personas que viven con alergias. Al abordar tanto los desafíos físicos, como psicológicos, las personas pueden tener una mejor calidad de vida y un mayor bienestar general. Además, la educación sobre el manejo de las alergias y la búsqueda de los diagnósticos y tratamientos médicos adecuado son pasos importantes para controlar los síntomas y reducir el impacto en la salud mental.
Artículo escrito por: Francisco Ortiz, CIPSIA psicólogos.