Las enfermedades físicas, sobre todo si son de pronóstico largo o crónicas, suelen generar consecuencias psicológicas tanto en las personas que las sufren como en sus allegados. Por ello, cada vez es más frecuente que se incorpore la figura de un profesional de la psicología en los centros médicos y los hospitales. En el artículo de hoy hablamos sobre el papel del psicólogo en el tratamiento de las enfermedades físicas.
La psicología en las enfermedades físicas
Como hemos visto en el párrafo anterior, la psicología está empezando a tener un papel importante en el tratamiento de las enfermedades físicas. Una de las causas que más peso ha tenido a la hora de incluir al psicólogo en este tipo de situaciones, es la necesidad que muchas personas tienen de recibir apoyo psicológico para esos momentos. Esta necesidad, de la que hablaremos en mayor detalle en párrafos posteriores, surge de gestionar el dolor y la incertidumbre que producen algunas enfermedades físicas.
Además, otra de las razones de incluir al psicólogo en el tratamiento de estas enfermedades, es que no sólo ayuda a paliar las consecuencias psicológicas derivadas, sino que mejora el pronóstico. ¿Cómo puede mejorar la psicología el pronóstico de una enfermedad física? La primera de las formas, es que una persona con un buen estado psicológico se enfrentará mejor al tratamiento de su enfermedad. Además, la psicología ayuda en la adhesión y cumplimiento de las prescripciones médicas.
Funciones del psicólogo en la salud física
Como hemos visto en párrafos anteriores, hay numerosas razones por las cuáles la psicología cada vez tiene un papel más importante en el sistema sanitario, no sólo como entidad propia sino como ayuda en las enfermedades físicas. A continuación, os explicamos las funciones más importantes que puede tener un psicólogo en estas situaciones.
Apoyo psicológico
La función principal que lleva el psicólogo en las enfermedades físicas es la de apoyo psicológico. Cuando una persona recibe un diagnóstico grave, o de una enfermedad crónica se generan en muchas emociones (incluyendo a los familiares y cuidadores). Dentro de las emociones que se suelen generar destacan el miedo, la incertidumbre o la tristeza. Si estas emociones no se gestionan adecuadamente, pueden derivar en problemas psicológicos más graves como depresión o ansiedad.
Por ello, el trabajo de apoyo psicológico del psicólogo cobra una gran relevancia. Las personas que obtienen apoyo psicológico en estos momentos, reciben la ayuda de un profesional, lo que evita que se produzca un daño mayor. Además, estas personas también aprenden a gestionar estas emociones de una forma adecuada, lo que hemos visto ayuda a un mejor pronóstico.
Mejora de la adhesión al tratamiento médico
Otra de las funciones del psicólogo en las enfermedades físicas es la de mejora de la adhesión terapéutica. Esta es una función que influye de forma directa en el tratamiento médico de la persona. En muchas enfermedades crónicas o graves, la persona tiene que seguir unas medidas de cuidado muy rigurosas o controlar una toma de medicamentos para su recuperación o para paliar los síntomas. Este factor, junto a otros importantes como los efectos secundarios de la medicación, influye en muchas ocasiones en el cumplimiento del paciente y por lo tanto en su recuperación.
Si la personas y sus cuidadores, cuentan con un profesional que les guíe en el seguimiento y cunplimiento de las prescripciones médicas, es más fácil que no comentan errores. Además, el psicólogo también se encarga de gestionar con ellos las dificultades que puedan tener para cumplir con las instrucciones del médico, mejorando así la adhesión al tratamiento.
Trabajo con los familiares y cuidadores
Una parte muy importante del trabajo del psicólogo en las enfermedades físicas, se realiza con los familiares y cuidadores. Cuando la persona tiene una enfermedad grave o que va a requerir cuidados de sus familiares, es necesario que esas personas reciban también apoyo psicológico. Como comentábamos en el párrafo anterior, algunos diagnósticos generan miedo o tristeza, no sólo en la persona que lo recibe sino también sus familiares. Ellos, van a suponer una fuente de apoyo y también van a necesitar gestionar esas emociones.
Además del apoyo psicológico, también es necesario que se trabaje con ellos sobre los cuidados y el tratamiento que va a seguir esta persona, sobre todo si son personas que van a convivir con el enfermo, por ejemplo en personas con demencia. De esta forma, también pueden suponer una ayuda para la adhesión al tratamiento de la persona enferma.
– Si quieres saber más sobre las demencias, puedes leer nuestro artículo pinchando aqui
Ayuda en la toma de decisiones
Por último, otra de las funciones del psicólogo en las enfermedades físicas es la de ayuda en la toma de decisiones. En muchas ocasiones, al recibir un diagnóstico las personas tienen que tomar decisiones importantes sobre su tratamiento, tanto desde el momento en que reciben ese diagnósticos como a medida que va avanzando en él. En la mayoría de las ocasiones, las personas no se encuentran en el estado emocional más adecuado para ello, y necesitan ayuda para tomar esa decisión.
La figura del psicólogo resulta de gran utilidad para ayudar a la persona a afrontar esa toma de decisiones. El psicólogo podrá guiar a la persona en el proceso de toma de decisiones y trabajar con esa persona en los distintos problemas que le vayan surgiendo a lo largo del proceso.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sara Catalán
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