La flexibilidad cognitiva o flexibilidad mental es la capacidad mental de adaptarnos al cambio, modificando nuestras conductas y nuestra forma de entender las situaciones, según lo requiera la situación. Además, constituye la capacidad de tener varios conceptos en cuenta al mismo tiempo.
Este término es opuesto al de rigidez cognitiva, y permite variar nuestras creencias y hábitos pasados de la manera más eficaz, en vez de quedarse estancado en valores antiguos y fijos que lleven al individuo a sufrir malestar
– Si quieres saber más sobre la flexibilidad mental, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí
¿Qué factores influyen en la flexibilidad cognitiva?
Entrenamiento en el razonamiento flexible
Mediante el trabajo del razonamiento flexible, no rígido, podemos mejorar en esta habilidad. Esto podemos conseguirlo planteando problemas abiertos, considerando múltiples opciones o puntos de vista, y aprendiendo de los errores como parte normal en el proceso, en lugar de preocuparnos demasiado por ellos.
Factores propios del individuo
Uno de los factores que influyen sobre la flexibilidad cognitiva es la inteligencia fluida o innata. Esto se debe a que esta habilidad depende, en gran medida, de la capacidad de controlar y manejar el propio pensamiento, y está relacionada con procesos como la planificación, la memoria, la organización o el uso de estrategias.
Algunos rasgos de personalidad, como la Estabilidad Emocional, la Apertura Mental o la Responsabilidad, también influyen en el desarrollo de esta habilidad. En el caso de la Estabilidad Emocional, esta hace que sea más fácil distanciarse de las valoraciones emocionales y las emociones negativas, que dificultan precisamente esta flexibilidad de pensamiento.
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Fomento durante el desarrollo temprano
La flexibilidad cognitiva se puede entrenar en la infancia, por ejemplo, mediante juegos de clasificación múltiple, en los que el niño ordena una serie de objetos atendiendo tanto a la forma como al color de un objeto. Una mejora en esta actividad repercutirá, además, en todo el proceso educativo y en la vida adulta de la persona, por lo que resulta interesante implementar este tipo de tareas en su aprendizaje.
Beneficios de la flexibilidad cognitiva
Como mencionábamos antes, la flexibilidad cognitiva tiene un papel muy importante en el proceso de aprendizaje, ya que facilita la resolución de problemas complejos. Esta habilidad fomenta la creatividad y permite considerar múltiples aspectos de la situación a analizar, así como responder de un modo adaptativo, especialmente en situaciones novedosas, lo que, como podemos intuir, también influye en la resolución de problemas en la vida adulta.
La flexibilidad cognitiva también tiene un gran impacto sobre el bienestar del individuo, proporcionándole una mayor resistencia a la adversidad, al ser más capaz de resolver problemas y a tolerar y manejar el cambio.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano