Cómo ayudar en problemas de salud mental

Ya sea por atravesar momentos de depresión, duelos complicados o dificultades que afectan a nuestro estado de ánimo, todos hemos estado en contacto con personas cercanas que atraviesan momentos difíciles.

En situaciones como está puede ser difícil saber qué decir, qué hacer o incluso cómo reaccionar. A veces cuesta distinguir en si la ayuda puede estar en un apoyo constante, en dejar espacio o en dar consejos a la persona afectada, ayudas que nos pueden parecer útiles pero que a veces pueden incluso empeorar la situación. Por esto, os dejamos una serie de recomendaciones para que podáis ayudar a vuestros seres queridos en sus momentos difíciles y conseguir que estos momentos sean menos desagradables y dolorosos.

¿Qué son los trastornos del estado del ánimo?

¿Cómo ayudar a una persona con problemas anímicos?

La principal habilidad que vamos a poner en práctica es la escucha activa. Conseguir realizar una escucha de calidad es necesario para llevar a cabo el resto de los consejos que aplicaremos, pero ya por sí sola es capaz de crear una ayuda sustancial. Una escucha de calidad se caracteriza por respetar el momento en el que se encuentra la otra persona, sin desviar la atención hacia nosotros u otras circunstancias, sin tener que dar nuestra opinión sobre lo que nos esté contando. Pero entonces ¿Qué tengo que hacer en una escucha activa? El objetivo es que la persona pueda expresarse, especialmente en el ámbito emocional, que deje salir sus emociones aun cuando sean de rabia, miedo, frustración o enfado. El objetivo es permitir que la persona se exprese con total libertad y después, solo después, intentar reconfortar.

  • Preguntar qué necesita: Uno de los primeros pasos siempre va a ser dejar que la otra persona solicite la ayuda. Para ello, en vez de lanzarnos a aconsejar o intentar ayudar de forma espontánea, suele funcionar mejor el preguntar por sus necesidades y que nos oriente en cómo quiere que le ayudemos.

Sin embargo, existen ocasiones donde la persona puede estar confundida o no sabe qué es lo que necesita, en estos momentos merece la pena repetir de vez en cuando la pregunta de qué necesita y ofrecer ayudas más concretas y prácticas, como ayuda con diferentes obligaciones (ir a la compra, a la farmacia, hablar con otros familiares o amigos…).

  • Respeta la soledad y los silencios: Los momentos difíciles pueden estar caracterizados por una necesidad de desapego y reclusión. Es necesario ser flexibles y adaptarnos a las necesidades de cada uno… pero sin desentendernos. Parte del proceso puede pasar por tomar cierta distancia, dejar que la persona asimile la situación a su manera y respetar su espacio, pero siempre recordando e insistiendo en que estamos ahí para cualquier necesidad que pueda tener en el momento.

Aunque necesiten su espacio, a ciertas personas les puede resultar especialmente difícil pedir ayuda cuando la necesitan, por lo que insistir en frases como “Estoy aquí si me necesitas” o “Avísame si puedo ayudar con algo en algún momento” y recordárselo de vez en cuando puede ser una ayuda inestimable para la otra persona.

  • Fomentar otras actividades: A medida que la persona va expresando sus emociones, llega un punto donde es necesario distraerse y “obligarse” a realizar otras actividades que le vayan devolviendo poco a poco a su día a día. Ayudar a encontrar actividades agradables para la persona o ayudar a recuperar la rutina es esencial en estos aspectos. Intentar retomar cosas de las que disfrutabais o actividades con las que solía entretenerse y acompañarle en estos momentos.
  • El tiempo como gran aliado: La desesperación por ver que un ser querido no es capaz de salir del bucle de sufrimiento en el que está envuelto puede ser muy grande. Sin embargo, hay que recordar que pueden pasar semanas o incluso meses para que la situación evolucione, pero si se van consiguiendo pequeños avances siempre es una buena señal de recuperación. El tiempo no lo cura todo, pero ayuda a retomar la normalidad.

Existen ocasiones donde las personas pueden atascarse o estancarse en sus sensaciones y sea especialmente difícil volver al día a día. En estos casos, habrá que intentar establecer nuevas rutinas o encontrar nuevas actividades gratificantes, encontrar un nuevo día a día con la nueva situación que tenemos.

Sin embargo, si creemos que la situación es difícil, peligrosa o no sabemos cómo podemos actuar, siempre es recomendable contactar con un profesional de salud mental que pueda ayudar en esta etapa.

Aunque todos estos consejos pueden ser de gran ayuda, no existen pautas universales que ayuden a salir de momentos difíciles a una persona, tan solo claves que nos ayuden a llevarlo y gestionarlo algo mejor, pero no va a dejar de ser una experiencia dolorosa y triste para la otra persona. Gran parte del proceso pasa por conseguir aceptar y tolerar estas sensaciones y poder realizar las actividades habituales a pesar de estas sensaciones, mientras poco a poco van disipándose.

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Artículo escrito por: Pedro Urbina