Tengo miedo a contagiarme

Desde hace algo más de dos meses estamos viviendo una circunstancia excepcional, que ha cambiado radicalmente nuestro estilo de vida y comportamiento. El virus que causa el COVID-19 ha sido capaz de transformar, de la noche a la mañana, nuestros hábitos, nuestra sociedad y economía. Los datos que le rodean hacen que cada vez seamos más conscientes de su gravedad. En este contexto de mayor conciencia vemos que cada vez más personas experimentan miedo intenso por  el contagio y por enfermar. Esto supone un perjuicio añadido y una restricción grande que se suma a las ya impuestas. Por lo que queremos ayudar a «ajustar» el miedo al contagio.

 

¿Es malo experimentar miedo ante el contagio?

Para responder esta cuestión conviene aclarar en primer lugar que el miedo es una emoción y como todas ellas, tiene un valor adaptativo. Una emoción es una respuesta ante un estímulo, cuya función es facilitar respuestas que favorezcan la supervivencia del organismo en el entorno.

El miedo forma parte de las emociones básicas que conforman el repertorio innato del ser humano. Estas emociones se han ido heredando a lo largo de la evolución dentro de la especie por su potencial adaptativo y de supervivencia.

-Si quieres saber más sobre la función de las emociones, puedes leer nuestro artículo aquí

El miedo es una valiosa respuesta para la supervivencia del individuo y de la especie, que se activa ante estímulos potencialmente peligrosos. Por tanto, eliminar el miedo tendría el efecto de exponernos a situaciones dañinas sin capacidad de reacción. Con las consiguientes consecuencias negativas. Se hace imprescindible, por tanto, ser sensibles ante los estímulos dañinos, de forma que el miedo cumpla su función adaptativa. Sin embargo, alcanzados ciertos niveles de ansiedad y miedo este se torna claramente desadaptativo.

 

¿Cómo diferenciar el miedo adaptativo del desadaptativo?

En primer lugar, tenemos que atender a su funcionalidad. Como hemos explicado en el anterior punto el objetivo del miedo es favorecer la supervivencia y la adaptación. Por tanto, cuando detectamos que el miedo nos hace llevar cada vez una vida más limitada y menos satisfactoria, estamos ante un problema.

Algunas diferencias entre el miedo adaptativo y el miedo desadaptativo son:

Produce emociones moderadas vs. emociones de elevada intensidad

Una característica fundamental de las emociones saludables es su intensidad moderada y acorde a la situación. Lo contrario produce un desgaste a nivel fisiológico y dificulta la concentración.

-Si quieres saber más sobre el estrés y sus fases durante el confinamiento, puedes leer nuestro artículo aquí

Por ejemplo, en la situación actual, experimentar cierto temor al salir a la calle es un facilitador de la autoprotección. En cambio, si se experimenta mucho agobio o taquicardia, incluso cuando se mantienen las medidas de higiene y seguridad, es un miedo disfuncional.

Ayuda a movilizar recursos vs. parálisis

Para que el miedo sea funcional y ayude a la supervivencia debe orientar a respuestas de defensa y protección. Enfaticemos que el miedo en sí mismo no ayuda, sino las respuestas que se dan como consecuencia del mismo. Por tanto, si fruto de la ansiedad experimentas un bloqueo que te impide tomar una dirección o moverte en línea de tus intereses, te encuentras ante un miedo desadaptativo.

En este caso, un ejemplo de miedo disfuncional sería el que lleva a no tomar ninguna medida de precaución, y optar por evitar directamente cualquier salida a la calle.

Ocupa un tiempo moderado en nuestro pensamiento vs. preocupación constante

En muchas ocasiones, para hacer frente a una situación es necesario una dosis de reflexión y planificación. En cambio, cuando el pensamiento sobre el problema es incesante, termina ocasionando mayores niveles de malestar y miedo.

Nuevamente, dar vueltas repetitivamente sobre la situación y las posibilidades de contagio no cambiará nada. Dependerá de las acciones que se adopten, y no de la rumiación, el afrontamiento exitoso de la situación.

 

¿Cómo reducir la ansiedad ante el contagio, cuando esta es excesiva?

Valora el riesgo real al que te expones y lo que puedes hacer para protegerte.

Si las zonas por las que te mueves tienen mayor o menos afluencia de gente, si se toman medidas de desinfección, etc. Por otro lado, piensa qué puedes hacer tú para mejorar tu propia protección (además de uso de productos de protección como mascarillas y geles desinfectantes, distanciamiento social, hábitos higiénicos, etc. (puedes leer nuestro artículo sobre cómo dejar de llevarte las manos a la cara aquí)

Piensa cuáles son tus circunstancias de salud y las de tu familia para determinar la gravedad de un posible contagio.

Modera el tiempo que te expones a información relacionada con el COVID- 19.

Es fundamental estar informado y saber datos acerca de la evolución de la pandemia, ya que es lo que nos va a permitir ajustar nuestro comportamiento. Sin embargo, centrar las conversaciones, la información que buscamos en internet y dedicar un intenso interés a información negativa, incrementará notablemente la ansiedad.

Queremos recalcar, que, en absoluto es deseable vivir al margen de la gravedad de los hechos que estamos viviendo. O negar la probabilidad de contagio. Lo que queremos decir es que, una vez informados y tomadas las medidas adecuadas de protección e higiene, dar más vueltas al tema no ayudará a cambiar las cosas.

Utiliza técnicas de relajación.

Está demostrado que las técnicas de control de activación ayudan a reducir los niveles de tensión física y subjetiva. Por tanto, es altamente recomendable utilizarlas ante cualquier problema de ansiedad.

Puedes adoptar un patrón de práctica diaria, para reducir el nivel de tensión general. También puedes utilizarlas en los momentos puntuales que notes que tu nivel de ansiedad sube de manera acusada.

Exponte progresivamente a las situaciones que temes.

Una vez que has valorado que, si mantienes ciertas precauciones, el riesgo de contagio es pequeño o su gravedad asumible, es necesario pasar a la acción. La exposición progresiva es otra de las técnicas de referencia ante los problemas de ansiedad.

Puedes comenzar realizando breves salidas de tu casa por zonas cercanas. Cuando hayas cogido confianza puedes ir aventurándote progresivamente a salir a otras zonas más alejadas.

 

En CIPSIA Psicólogos somos expertos en tratar problemas relacionados con la ansiedad y el miedo excesivos. Si necesitas nuestra ayuda por este o cualquier otro tipo de problema, no dudes en contactarnos.

 

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Maiana García