El cuidador es aquella persona que se encargan de ayudar en las actividades de la vida diaria a personas que no pueden desempeñar estas funciones por sí mismas, y velan porque la persona en situación de dependencia reciban los cuidados necesarios que aseguren una calidad de vida adecuada.
Pueden ser:
• Cuidador Profesional, como el personal remunerado de los organismos de atención domiciliaria, servicios diurnos/nocturnos y residenciales.
• Cuidador No Profesional, los cuales pueden ser familiares, amigos o allegados a la persona en situación de dependencia.
Los cambios sociales ocurridos en las últimas décadas han ocasionado el cambio de modelo de cuidados, siendo cada vez más frecuente que necesitemos de apoyos externos a la familia para poder ofrecer los cuidados necesarios que aseguren la calidad de vida no solo de la persona en situación de dependencia, sino de todo el entorno familiar.
Las transformaciones que se han producido en el seno de nuestros hogares, durante estos quince años de la nueva centuria, nos han dejado innovadoras maneras de organizar la convivencia y residencia familiar.
Cuidar de una persona en situación de dependencia, es una tarea que no podemos definir en el tiempo, ya que en ocasiones solo se trata de un periodo de tiempo escaso, pero en otras, de largos años que afectaran lógicamente a todo el entorno del cuidador/a y sobre todo a su familia. Por ello es necesario que las personas que se responsabilicen de los cuidados conozcan todas las herramientas de las que dispone, tanto para el cuidado de la persona en situación de dependencia, como para su propio autocuidado.
Puede que dentro de nuestro entorno aparezca un familiar joven con dependencia o que los abuelos se van haciendo mayores. Estas nuevas necesidades añadidas suelen recaer, mayoritariamente, en la parte femenina de las parejas. Estas mujeres, ya sean hijas o nueras de los pacientes enfermos, comienzan a cargarse de unas obligaciones y unas tareas para las que no están preparadas.
Empiezan a aparecer carencias de comunicación y relación con las otras personas del entorno familiar, debido a la enorme cantidad de tiempo que requieren las que están enfermas, y es cuando poco a poco va aflorando, en la figura de este cuidador, todo una serie de problemas importantes que hay que tratar con celeridad.
El principal riesgo para estos/as cuidadores/as es la aparición de pensamientos erróneos, soledad y aislamiento, insomnio, problemas físicos,… que suelen acabar derivando en graves problemas de ansiedad y depresión.
Es en estos momentos cuando se hace patente la necesidad de buscar un profesional que pueda acompañarles en este proceso vital, ayudándoles a reconducir esta situación de la mejor forma posible, para que se restablezca el equilibrio personal y la unión familiar, ambas del todo imprescindibles para a salir adelante con su vida.
Nuestro trabajo como psicólogos es ayudarles a reconocer diversos aspectos de esta nueva situación, que les permita afrontarla de forma adecuada, sin dejarse la salud en el intento:
- Aceptación de una situación de dependencia.
- Análisis detallado de las necesidades de la persona dependiente, sin olvidarse de las del propio cuidador familiar.
- Buscar e implicar un entorno de confianza sólido, que permita al cuidador ausentarse regularmente de sus obligaciones, sin que ello sea motivo de deterioro en los cuidados hacia la persona dependiente.
- Aprender a trabajar en equipo y compartir las decisiones que deban tomarse, evitando que la responsabilidad de que las mismas caiga única y exclusivamente en una sola persona.
¡Ayudadme a ayudar! Sería la frase que mejor resumiría esta pesada y compleja tarea del cuidador. Disfrutar de un entorno socio familiar cohesionado e implicado es indispensable para afrontar, de forma saludable y con calidad de vida, la gran responsabilidad de atender a un familiar en situación de dependencia.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Alba Ortiz
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