La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
En 2008, la OMS lanzó el Programa de Acción Mundial para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP, por sus siglas en inglés) destinado a hacer frente a la falta de atención para personas que sufren trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
Catorce por ciento de la carga mundial de morbilidad se atribuye a estos trastornos y cerca de tres cuartas partes de esta carga corresponden a los países de ingresos bajos y medios. Los recursos disponibles son insuficientes – la gran mayoría de los países asigna menos del 2% del presupuesto de salud a salud mental, lo que conduce a una brecha en el tratamiento que en muchos países con ingresos bajos y medios es superior al 75%.
En todo el mundo hay unos 400 millones de personas que sufren trastornos mentales, neurológicos u otro tipo de problemas relacionados con el abuso de alcohol y drogas. Algunas de las enfermedades mentales más comunes son la esquizofrenia, Alzheimer, epilepsia, alcoholismo, depresión, entre otras.
Cuando hablamos de trastornos mentales, hacemos referencia al pensamiento humano y todas sus funciones, las cuales pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en qué país vivamos o si somos ricos o pobres.
En los países desarrollados, las personas con discapacidad mental, a pesar de que hoy en día cuentan con más apoyos y programas de rehabilitación para integrarlos a la vida social, luchan todo los días por salir adelante en medio de todo el rechazo al que se enfrentan. Por otra parte, en los países en desarrollo, la pobreza, el abandono y la marginación son los denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales, y aunque cada vez hay más y mejores tratamientos para la enfermedad mental, en estos países se tiene poco acceso a este tipo de atención.
El pasado 10 de octubre, se celebró en todo el mundo el Día Mundial de la Salud Mental (DMSM), promovido por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) con actividades en más de 100 países y que aúna esfuerzos para luchar por un fin común: la promoción de la salud mental entre la población.
Este año el movimiento asociativo FEAFES, a través de una votación en Internet, ha escogido como lema «Abriendo mentes. Cerrando Estigmas». Por desgracia, todavía el desconocimiento y los prejuicios entorno a los problemas de salud mental sigue siendo uno de los principales obstáculos en el día a día de las personas con algún tipo de trastorno mental.
Desde esta confederación trabajan para que el conjunto de la sociedad conozca y comprenda mejor los trastornos mentales. El estigma impide muchas veces la participación en el propio tratamiento, disminuye las posibilidades de encontrar un trabajo, o incluso dificulta las relaciones sociales. En definitiva provoca claras vulneraciones de los derechos más básicos de las personas con trastorno mental.
La mejor forma de «abrir las mentes» y «cerrar los estigmas» es que la sociedad conozca directamente la realidad de las personas con trastorno mental y sus familias. Para ello, es necesario que todos entendamos que los trastornos mentales son un problema de salud como otro cualquiera, y que las personas que los pasan puedan hablar abiertamente de su situación. Por ello, un enfermo puede recibir terapia psicológica y farmacológica, y conseguir una autonomía igual al resto de personas sin enfermedad.
En ese sentido, el Día Mundial de la Salud Mental es una gran ocasión para recordar la voluntad de recuperación y superación que las personas con trastorno mental demuestran todos los días del año, a pesar de todas las barreras que se encuentran.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Alba Ortiz
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