La adolescencia

La adolescencia es el periodo de nuestra vida considerado como la transición desde la niñez hacia la vida adulta. Es un proceso cuyos límites temporales no son fijos, pero que de forma general abarca desde los 11-12 años hasta los 19-20 años aproximadamente. Su comienzo está determinado por la pubertad, es decir, por los cambios físicos y la maduración sexual que marcan la primera fase de la adolescencia, y su finalización está marcada por la adopción de responsabilidades adultas, la adquisición de una cierta independencia, y la elaboración de la propia identidad.

Durante esta etapa el adolescente se encuentra en una posición en la que ya no se siente un niño, pero desde la que aún no está capacitado para asimilar las responsabilidades de un adulto. A lo largo de estos años se producen una serie de cambios que posibilitarán esta evolución, pero que harán de este tiempo una etapa complicada, aunque recordada por muchos como una de las más especiales de su vida.

Los adolescentes se caracterizan por poseer una serie de rasgos comunes propios de este momento vital.

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Características de los adolescentes

  • Importancia de las relaciones interpersonales: en esta época adquiere una gran importancia el grupo de amigos del adolescente. Éste se siente más comprendido cuando está rodeado por personas que comparten sus mismas preocupaciones y que están pasando por los mismos cambios que él, además de la importancia que supone la comparación social en el establecimiento de la propia identidad. Se puede experimentar también en esta etapa el fenómeno conocido como presión de grupo, que se deriva de la importancia de sentirse parte de un grupo y del miedo a ser considerado raro.
  • Comprobación de límites: otra característica propia de esta etapa es sentir que de alguna forma tu historia es única y distinta a los demás. Este pensamiento puede llevar al adolescente a cometer determinados riesgos, bajo la falsa seguridad de que a él no le va a pasar nada. Puede darse en estos años un consumo de sustancias o la ausencia de precaución en determinados aspectos de su vida, a veces derivados de la presión social que comentamos anteriormente.
  • Establecimiento de la independencia: es frecuente también que sientan la necesidad de tener una mayor libertad, aunque a veces no sepan concretamente para qué, lo que les lleva a separarse en ciertos aspectos de sus padres. Sin embargo, a pesar de la necesidad de independencia el adolescente querrá sentir también que tiene un apoyo y seguridad incondicional, aunque necesite más espacio y no quiera que esté presente de forma constante en su vida.
  • Egocentrismo: los adolescentes suelen presentar cierto egocentrismo. Piensan que todo el mundo se fijará en ellos y que sus problemas son más importantes en comparación con los del resto. El adolescente actúa como si estuviera siendo observado de forma permanente. En esta etapa, a raíz de los cambios físicos experimentados y de la creciente importancia de las relaciones con los iguales, cada vez se centra más en cuidar su aspecto físico y está más pendiente de lo que dirán los demás.
  • Idealización: en estos años se suele dar un choque entre la forma de ver las cosas del adolescente y la realidad. A raíz de este conflicto entre sus ideas y la realidad en la que vive es frecuente que se den ciertas formas de rebeldía o desafío a la autoridad. En este sentido también pueden darse comportamientos con la intención de transformar la situación en la que se encuentran y de mejorarla.
  • Descenso de la autoestima: como consecuencia de los cambios físicos sufridos y de las decisiones que se ven obligados a tomar en relación con su futuro, es común que en estos momentos su autoestima sufra un descenso. Este descenso de la autoestima se irá recuperando a medida que el adolescente  vaya  ganando confianza y resolviendo las preguntas acerca de su futuro.
  • Formación de la propia identidad: la tarea básica del adolescente es la búsqueda de su propia identidad. A lo largo de estos años tenemos que ir contestando a una serie de preguntas que van a ayudarnos a descubrir nuestra propia identidad, quiénes somos, qué queremos hacer, etc.

 

En resumen, la adolescencia es una etapa complicada, llena de cambios y de incógnitas. Por ello, es frecuente que a lo largo de estos años necesitemos ayuda para poder hacer frente de la mejor forma posible a los retos que se nos presentan, y para aprender a gestionar nuestras emociones, relacionarnos con los demás, y desarrollar nuestras capacidades, confianza e identidad.

En CIPSIA Psicólogos contamos con profesionales con experiencia que proporcionan ayuda psicológica a los adolescentes ante cualquier tipo de problemática. Si quieres, puedes ponerte en contacto con nosotros pinchando aquí.

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Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Beatriz Cerezo