En los últimos años el término mindfulness ha ganado gran popularidad, y es común escucharlo tanto en los círculos académicos como en ámbitos más cotidianos. Aún así, el mindfulness o “atención plena”, existe desde hace siglos (tiene su origen en el Budismo), y ya había sido utilizado en el tratamiento de afecciones psicológicas como el insomnio o la ansiedad previamente a su reciente boom de popularidad.
¿Qué es el Mindfulness?
El mindfulness es una técnica de meditación basada en la atención plena, como hemos dicho. Consiste en centrarse activamente en el momento presente, y con esto se pretende gestionar las emociones y pensamientos para lograr el autocontrol, siempre desde la autoaceptación y el autoconocimiento. Esto implica dejar lugar para sentir las emociones sin emitir juicios de valor sobre ellas, simplemente reconociendo su presencia.
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Beneficios del Mindfulness
Reduce el estrés
El mindfulness aporta al que lo practica una mayor sensación de calma y serenidad, por lo que es perfecto para manejar situaciones de estrés. Al igual que otras técnicas como el Yoga, reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que se traduce en una mejora a nivel físico, además de disminuir el riesgo de padecer problemas de salud psicológica, como son la depresión o la ansiedad.
Un estudio de la Universidad de Utah comprobó una mejora en pacientes con insomnio que aprendieron técnicas de mindfulness, y es que esta técnica resulta eficaz para ayudarnos a conciliar el sueño. Debido al control de las emociones y a una reducción de la rumiación cognitiva (darle demasiadas vueltas a las cosas), el mindfulness facilita el desconectar en nuestros ratos libres, y también a la hora de irse a dormir.
Mejora personal
Dado que fomenta la introspección y el autoconocimiento, el mindfulness es una buena herramienta para la evolución personal. Sumado a esto, el control emocional ayuda a que los eventos negativos nos afecten en menor medida.
Otro ámbito en el que el mindfulness supone una mejora es el de las relaciones interpersonales. Según un estudio de 2007, la práctica de esta técnica predice la satisfacción en las relaciones, porque hace más probable que se responda apropiadamente al estrés, y que se comuniquen las propias emociones
Tratamiento de afecciones físicas y psicológicas
Un estudio del Centro para la Salud y Conductas de Riesgo de la Universidad de Washington observó una mejor prevención de las recaídas en casos de drogadicción en pacientes que practicaban el mindfulness. Estas técnicas, sumadas al tratamiento habitual, demostraron un menor riesgo de recaída a largo plazo que en el caso de métodos convencionales
Otro campo en el que el mindfulness ha probado su eficacia es en el de la mejora de la capacidad de concentración (según un estudio de Walsh y Shapiro), por lo que se propone como terapia complementaria en trastornos de déficit de atención, como el TDAH. Esta técnica también ha demostrado ser eficaz en pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo, según el psiquiatra Jeffrey M. Schwartz, debido a la neuroplasticidad cerebral.
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El mindfulness ha sido propuesto también como una posible forma de cuidado paliativo, al permitir un mayor control del procesamiento del dolor y las emociones asociadas a él. En el centro Brind Jefferson-Myrna de Medicina Integrativa ha demostrado ser una estrategia eficaz en la reducción del estrés en pacientes con cáncer de mama.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano