LOS DELIRIOS
Cuando pensamos en enfermedades mentales nos vienen a la mente rápidamente algunos síntomas muy llamativos, como los delirios, las alucinaciones, etc. Los delirios son síntomas no patognomónicos, esto quiere decir que no son definitorios de una sola enfermedad mental, sino que son síntomas que pueden estar presentes en muchos y variados cuadros psicopatológicos.
Resulta bastante complicado definir el concepto de delirio, especificar que creencias son delirantes y cuáles no lo son es una tarea árdua en la que muchos autores se han inmiscuido.
Definición de deliro según la RAE “Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia”. Esta definición es insuficiente, hace referencia a la exactitud y objetividad del juicio, pero no nos informa sobre como determinar la presencia o la magnitud de estos parámetros.
Desde el punto de vista clínico ha sido Jaspers (1946) el autor que más ha influido en la definición de delirio con el concepto de “creencias delirantes”, las denomina como creencias anormales a las que los pacientes se aferran con gran convicción, que tienen un contenido extraño por no ser propias de la cultura del individuo y que son insensibles a los argumentos contrarios o al impacto de la experiencia.
Otra concepción del delirio que ha tenido gran repercusión la aportó Strauss (1969) cuando introdujo la novedosa idea de considerar las ideas delirantes dentro del continuo de la normalidad. De esta forma se puede considerar que los delirios existen en un continuo que va desde las ideas o creencias normales del día a días hasta las creencias extrañas e imposibles de los pacientes con delirios.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual se considera a los delirios como graves disfunciones cognitivas de fenómenos internos o externos que tienen consecuencias negativas para el individuo. Se trata de una forma de pensamiento corriente pero exagerado.
Se ha intentado clasificar los delirios en función de diversos criterios, según su temática, si es primario o secundario, si es crónico o agudo, si se comparte o es individual y si es congruente o incongruente con el estado de ánimo.
La clasificación del delirio sobre la base del tema se centra en el asunto del que trata el delirio. El paciente desarrolla las ideas delirantes en relación a lo que conoce, lo que espera y lo que teme. En función a su temática los delirios pueden clasificarse en:
- Tipo erotomaníaco: también denominado síndrome de Clerembault. La persona tiene la idea delirante de ser amado por una persona de un rango social superior. Suele ser más frecuente en mujeres y se trata más de un amor romántico que de una atracción sexual. Suele presentarse de forma abrupta basándose en una interpretación errónea a partir de la cual se buscan confirmaciones en cual signo o señal.
- Tipo de grandiosidad: la idea delirante hace referencia a alguna característica o conocimiento de la persona. Puede considerarse una personalidad importante o mantener una relación con algún personaje importante que no es reconocida.
- Tipo celotípico: También denominado síndrome de Otelo. La persona cree firmemente que su pareja le es infiel, sin tener ningún motivo que lo justifique. La creencia se apoya en inferencias de signos y señales que confirman sus sospechas.
- Tipo persecutorio: es el tipo más frecuente. La persona tiene la idea delirante de que él mismo o alguien relacionado con él es víctima de una persecución con el objetivo de acabar con su vida o producirle algún daño. La idea delirante puede surgir de un hecho real exagerado por la persona, suelen ser personas que se encuentran constantemente enfadadas, irritables y suspicaces.
- Tipo somático: aparece cuando las creencias de la persona se refieren a que algunas funciones o sensaciones corporales están alteradas, pueden creer que alguna parte de su cuerpo tiene una malformación, que padece alguna enfermedad, que emite un olor desagradable o que hay alguna parte de su cuerpo que no funciona.
- Tipo mixto: cuando no predomina ningún tema delirante.
- No especificado: cuando la idea delirante no puede determinarse claramente dentro de alguno de los subtipos anteriores.
- Otros tipos específicos de delirios:
- Delirios de control: la persona considera que sus pensamientos, conductas y sentimientos son controlados por una fuerza externa y no son propios.
- Delirios de referencia: la persona considera que los acontecimientos tienen un significado especial para ella y es el objeto de referencia.
- Delirios depresivos: la persona está convencida de su visión negativa y pesimista tanto de ella misma, como del mundo y su futuro.
- Síndrome de Cotard: También conocido como delirio nihilista. La persona tiene la creencia de que ha perdido tanto sus posesiones como partes de su cuerpo, tiene la idea de que no existe o no existe alguna parte de su cuerpo.
- Síndrome de Capgras: también conocido como ilusión de Sosias. La persona cree que un familiar ha sido sustituido por un impostor, por un doble exacto. No experimentan la sensación de familiaridad.
- Síndrome de Fregoli: la persona que cree que personas que no conoce son en realidad una persona conocida y que le persiguen.
La clasificación del delirio en primario versus secundario clasifica los delirios en primarios o ideas que ocurren súbitamente sin que tengan una conexión con acontecimientos precedentes; y delirios secundarios o creencias comprensibles sobre los acontecimientos previos, suponen una explicación de la experiencia delirante.
La clasificación del delirio en crónico versus agudo clasifica los delirios en agudo, que responden bien a la medicación neuroléptica, van acompañados de ansiedad e ideas de sospecha; y los delirios crónicos, que son muy resistentes al tratamiento y son parte de los pensamientos y valores de la persona.
La clasificación del delirio en compartido versus individual, diferencia entre experiencias individuales y delirios compartidos con alguna persona cercana al individuo promotor del delirio. La persona a la que se le induce la idea delirante suele ser muy influenciable y vulnerable.
La clasificación del delirio en congruente versus no congruente se refiere a la relación de las ideas delirantes con el estado afectivo del paciente.
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Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Anna Cadafalch