Tratamiento psicológico para el autocontrol y la agresividad

El término autocontrol se compone de la unión de dos palabras que provienen de idiomas diferentes. En primer lugar, se forma por la palabra “auto” la cual procede del griego autos y se traduce como “sí mismo”. En segundo lugar, de la palabra “control” que proviene del francés y que es sinónimo de dominio y control.

La definición del término, por tanto es, “control de sí mismo”.

El autocontrol es un término que ha sido aceptado recientemente por la Real Academia Española (RAEA). Se trata de un concepto que se refiere al control de los propios impulsos y reacciones. Es la capacidad del individuo de regular los impulsos de manera voluntaria, con el objetivo de alcanzar un mayor equilibrio personal y relacional. Tener autocontrol aumenta la capacidad de solucionar los problemas. Una persona con autocontrol puede manejar sus emociones y regular su comportamiento.

¿Téngo problemas de autocontrol?

Hay una serie de indicadores que nos pueden ayudar a saber si presentamos carencias o déficits de autocontrol.  Uno de ellos es saber si existe dificultad para controlarse ante distintas situaciones. También si se ha fracasado en actuar de una forma determinada, y esto ha podido ocasionar conflictos.

Tener una discusión y perder el control con una conducta impulsiva como dar un portazo a una puerta, gritar airadamente, reaccionar agresivamente tanto física como verbalmente, son ejemplos de déficits en el control de impulsos.

La mayoría de nosotros damos por sentado nuestra capacidad de pensar antes de actuar. Pero esto no es tan fácil para las personas que tienen problemas a la hora de controlar sus impulsos. Los trastornos de control de impulsos son una clase de desórdenes psicológicos caracterizados por la impulsividad, es decir, no resistir la tentación, el deseo o impulso de realizar determinada conducta. Además reúnen las siguientes características:

  • Se produce un aumento de la tensión emocional antes de llevar a cabo la acción.
  • Durante la acción pueden aumentar índices fisiológicos como pueda ser el latido cardiaco, sudoración, tensión muscular, hiperventilación.
  • Existe una cierta sensación liberadora durante la reacción impulsiva.
  • Después de la actuación aparece el sentimiento de culpa.

¿Por qué no consigo tener autocontrol?

Una de las claves para tener un alto nivel de autocontrol es saber regular nuestras emociones. Regular las emociones consiste en saber canalizarlas a fin de que el comportamiento sea lo más adaptativo posible, de tal forma que en último término aumenten las posibilidades de bienestar.

Aprender a regular las emociones y gestionar las que los demás nos suscitan, requiere un aprendizaje y un esfuerzo. Hay dos formas de regular las emociones negativas:

  1. Regulación centrada en el problema: se hace algo para solucionar el problema y como consecuencia cambiar la emoción
  2. Regulación centrada en la emoción: se cambia la forma de ver el problema, de tal manera que esto afecta a la emoción.

El control personal que uno tiene sobre lo que está sucediendo en una interacción personal es un factor que explica las diferencias individuales a la hora de evaluar los acontecimientos. La evaluación de la situación es un factor esencial en el manejo y control de las emociones. Si una persona evalúa que los estímulos sobrepasan sus posibilidades tiende a perder el control y como consecuencia es incapaz de manejar los estados emocionales de forma adecuada.

Técnicas de autocontrol emocionalAutocontrol emocional

Hay un abanico de técnicas que han demostrado gran eficacia a la hora de mejorar el autocontrol emocional. Todas estas técnicas se pueden utilizar solas, para solucionar un problema específico, o combinadas con objeto de aportar una formación global para responder con garantías ante cualquier imprevisto. En CIPSIA Psicólogos Madrid somos especialistas en todo este tipo de técnicas:

  • Entrenamiento en el manejo de las emociones y su regulación.
  • Relajación progresiva. La relajación progresiva de los músculos reduce la frecuencia del pulso y la presión de la sangre, así como el grado de transpiración y la frecuencia respiratoria. Cuando se realiza de forma correcta puede llegar a tener el mismo efecto que un fármaco que actúe reduciendo la ansiedad.
  • Respiración. Los ejercicios de respiración han demostrado ser útiles en la reducción de la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, ira, déficits de autocontrol, fatiga, tensión muscular.
  • Meditación. Se ha comprobado que la meditación es útil para crear un estado de profunda relajación en un espacio relativamente corto de tiempo. La meditación consigue que el metabolismo del organismo se enlentece.
  • Imaginación. Es la utilización del pensamiento para el tratamiento de los síntomas físicos o para mejorar el autocontrol. Tener el pensamiento de que no vamos a ser capaces de controlarnos cronificará este problema, ya que no buscaremos los recursos necesarios para hacerle frente.
  • Entrenamiento autógeno. Es un programa sistemático para enseñar al cuerpo y a la mente a responder de forma rápida y efectiva a las órdenes verbales de relajación, y vuelta a  un estado normal de equilibrio.
  • Detección de pensamiento y rechazo de ideas irracionales. Este entrenamiento se realiza dentro de un marco de terapia cognitivo conductual.
  • Técnicas de afrontamiento. Permite aprender a relajar la ansiedad y las reacciones ante el estrés. Proporciona una mayor capacidad de autocontrol en las situaciones particulares que habitualmente provocan estrés o tensión.
  • Entrenamiento asertivo. Es un tipo de entrenamiento diseñado para adquirir asertividad. Este tipo de entrenamiento ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la ansiedad derivada de las relaciones interpersonales, así como, en el aumento de la autoestima, la solución de problemas de pareja o problemas familiares.

Trastornos asociados a la falta de control de impulsos

Los más importantes son:

  • Trastorno explosivo intermitente: Son episodios aislados de falta de control de impulsos agresivos (agresiones serias, destrucción de la propiedad…) que se manifiestan con ataques de ira desproporcionada a la situación que los origina. Posteriormente viene acompañado de arrepentimiento o autorreproche.
  • Ludopatía (juego patológico): Problema de juego persistente, recurrente y que produce disfunción psicosocial, familiar y económica. La necesidad de jugar va aumentando.
  • Compra impulsiva: Impulso irresistible de compra espontánea, no premeditada.
  • Onicofagia: Hábito compulsivo de cortar o morderse las uñas.
  • Cleptomanía: Deseo irresistible por robar objetos de forma no premeditada.
  • Piromanía: Impulso por provocar incendios.
  • Tricotilomanía: Falta de control del impulso de tirarse del pelo hasta arrancarlo.
  • Dermatilomanía: Necesidad de rascarse, pellizcarse.
  • Síndrome de acaparar de forma compulsiva: tendencia a la acumulación de artículos u objetos de forma excesiva, incluso si los objetos no tienen ningún valor, son peligrosos o insalubres.

Se pueden dar una serie de problemas asociados dependiendo del tipo de trastorno con una serie de complicaciones como puedan ser:

Psicólogo para el autocontrol de impulsos

En Cipsia Psicólogos Madrid te ofrecemos ayuda profesional para que aprendas las mejores herramientas para el autocontrol de impulsos. Te ofrecemos un tratamiento personalizado donde buscaremos el origen de tus problemas y con ello desarrollaremos diferentes técnicas y aprenderás distintas pautas para adquirir autocontrol de impulsos.

Confía en nuestros años de experiencia y nuestro historial de éxitos. Mejora tu calidad de vida y consigue la felicidad gracias a nuestras terapias. Controla tu vida y para ello en primer lugar controla tus impulsos para no arrepentirte más tarde de tus actos. Sin duda darás un gran paso y comenzarás a ver la vida de otra manera con nuestra ayuda.