El sobrepeso y la obesidad son uno de los principales problemas de salud en el mundo occidental. Una combinación entre el sedentarismo, la creciente tecnologización, el estrés y la mala alimentación hacen que cada vez más personas lleven un estilo de vida poco saludable. Y es que, aunque la obesidad se entiende sobre todo en términos de salud física, también está muy ligada a factores psicológicos y a problemas de salud mental.
Los factores psicológicos relacionados con el sobrepeso y la obesidad
Una parte considerable de las personas con problemas de sobrepeso presentan también problemas psicológicos, ya sean emocionales, cognitivos o comportamentales. Estos problemas pueden ser tanto causa como consecuencia del problema de salud física. Además, el sobrepeso y la visión negativa del mismo pueden estar relacionados con trastornos de ansiedad, depresión, o con los Trastornos de la Conducta Alimentaria, entre otros. Es por ello que, desde la Psicología, se propone un abordaje integral, que implique la colaboración de distintos profesionales, como nutricionistas, psicólogos y psiquiatras, en el tratamiento de las causas de base de la obesidad y el sobrepeso.
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Imagen corporal y estigma
Los constantes mensajes negativos a los que estamos sometidos, junto con el elevado valor social de la delgadez, hacen difícil mantener una autoimagen sana y ajustada a la realidad, tanto en personas con sobrepeso como sin él. Aquí es donde entran en escena los complejos por la propia imagen corporal, la búsqueda de soluciones inmediatas como las dietas milagro y un gran mercado destinado a obtener beneficios de los cambios en el aspecto físico.
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Si, en la mayoría de personas, la presión por conformarse a unos estándares de belleza ya es alta, puede serlo aún más en personas con sobrepeso. No es poco común que estas personas tengan una imagen corporal distorsionada y tremendamente negativa, que les provoque gran malestar y rechazo del propio cuerpo.
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Autoestima y autoeficacia
En relación al punto anterior, la pobre imagen corporal de algunas personas con sobrepeso puede mermar su autoestima y su valía personal. Aspectos como el rechazo de uno mismo, la sensación de escaso control sobre lo que pasa en sus vidas o la subestimación de sus habilidades, puede, asimismo, jugar en su contra.
La baja autoestima está muy ligada, por tanto, a una pobre autoeficacia; esto es, a falta de confianza en las propias capacidades. Cuando hablamos de un proceso de cambio como es la pérdida de peso, la autoeficacia tiene un papel importantísimo en la motivación y la consecución de objetivos.
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Problemas emocionales relacionados con la comida
La comida tiene un efecto calmante de la ansiedad. Por ello, es fácil establecer una relación poco saludable con ella, usándola para la evitación emocional. La sensación placentera que nos produce puede servirnos para paliar momentáneamente emociones negativas, pero no soluciona nuestros problemas. Una relación insana con la comida puede llevarnos no solo a la evitación, sino a comer de forma compulsiva, a asociar la comida con la culpabilidad, o a la provocación del vómito en casos como la bulimia.
Los hábitos alimentarios poco saludables están asociados, además, con un pobre autocuidado en otros ámbitos como el descanso, el ejercicio, o el cuidado de la salud en general. Estos hábitos se aprenden a través de la alimentación familiar y de la experiencia personal con la comida. Aquí la psicología puede ayudar en el aprendizaje de nuevas formas de comer y de preparar los alimentos, por ejemplo.
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Habilidades de afrontamiento
Si la persona carece de las herramientas que le ayuden a superar una situación difícil, puede recurrir, como veíamos, a la comida como forma de gestión del malestar. Por tanto, para abordar y romper la relación insana con la comida, es esencial que la persona adquiera recursos y habilidades. Entre estas habilidades podríamos señalar las sociales, las de resolución de problemas, entrenamiento en relajación, etc.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano