Trastornos alimentarios

¿Qué es un trastorno alimentario?

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o trastornos alimentarios según el Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psicología (DSM), hacen referencia al conjunto de problemas psicológicos caracterizados por conductas, creencias y emociones desadaptativas sobre la alimentación, el peso y la imagen corporal.

Las personas que tienen este tipo de problema psicológico suelen presentar alteraciones en los tres niveles de respuesta humana:

  • Cognitivo (qué pienso): las cogniciones o pensamientos se ven afectados en los trastornos de la conducta alimentaria de manera destacada en relación con la imagen corporal y, en consecuencia, con la autoestima. Suelen ser pensamientos negativos sobre uno mismo, asociando la imagen personal como baremo de la propia valía.
  • Emocional (qué siento): las emociones en este tipo de problemas suelen tener una relación muy estrecha con la comida. La ingesta va a tender a producir emociones intensas como culpa, vergüenza, tristeza, ansiedad, ira, etc.
  • Motor, conductual (qué hago): en los trastornos de la conducta alimentaria destacan los comportamientos relacionados con el peso. Normalmente van a ser comportamientos dirigidos a disminuirlo (ejercicio físico excesivo, dieta exagerada, etc.), aunque también se observan comportamientos opuestos como la sobreingesta.

¿Tengo un trastorno de la conducta alimentaria?

El factor clave que nos debe hacer “saltar las alarmas” es el grado de afectación en las diferentes áreas de nuestra vida. Algunas preguntas que deberíamos hacernos serían:

  • ¿Está afectando a mi estado de salud? Los trastornos de la conducta alimentaria pueden producir alteraciones muy variadas en la salud, tanto en lo relativo al peso y la nutrición, como en otros aspectos (calidad del sueño, capacidad de concentración, dolores de cabeza, menstruación, etc.).
  • ¿Está afectando a mi forma de ser? Las personas con trastornos alimentarios cambian su comportamiento y la forma de interactuar con su entorno debido a los cambios psicológicos y físicos asociados a estos trastornos.
  • ¿Está afectando a mi estado de ánimo? Encontramos cambios en el estado de ánimo de las personas afectadas, tales como depresión o estados melancólicos, mayor irritabilidad, etc.
  • ¿Está afectando a mi trabajo o estudios? Las personas que sufren este tipo de trastornos ven afectada esta área de su vida. Debido a los problemas de salud comentados anteriormente tienen menos capacidad de concentración, se fatigan con mayor facilidad y cuentan con menos recursos atencionales.
  • ¿Está afectando a mis relaciones familiares y personales? Cuando se está ante un trastorno de la conducta alimentaria, frecuentemente se producen problemas en nuestras relaciones sociales. Esto se debe a nuestros cambios en la forma de ser y las conductas que se llevan a cabo, pudiendo llegar a causar aislamiento y soledad.

Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, entonces podríamos estar ante un posible trastorno de la conducta alimentaria que deberá ser evaluado por profesionales. Si ese es el caso, deberemos buscar ayuda profesional que nos permita trabajar sobre estos problemas y mejorar nuestra relación con la alimentación y las áreas de nuestra vida que son afectadas por este trastorno.

Tipos de trastornos alimentarios

Anorexia

La anorexia es, junto con la bulimia el trastorno de la conducta alimentaria más conocido debido a las consecuencias visibles en el estado de salud de la persona y  a su prevalencia actual. Se diferencia del resto de trastornos alimentarios en el rechazo a mantener el peso corporal por encima del valor mínimo normal para la talla y edad, el miedo intenso a ganar peso y la alteración de la imagen corporal y exageración de su importancia.

Bulimia

Es otro de los trastornos alimentarios más conocidos y frecuentes, se caracteriza por la presencia de episodios de atracones recurrentes y conductas compensatorias inapropiadas para prevenir la ganancia de peso (por ejemplo: vómitos, uso excesivo de laxantes, etc.). Además, la autoestima está determinada por el peso y talla corporal.

Otros trastornos alimentarios

Además de la anorexia y la bulimia hay otros trastornos de la conducta alimentaria como la obesidad, el trastorno por atracones, o trastorno de la conducta alimentaria no especificado, que si bien pueden ser menos frecuentes requieren de ayuda psicológica.

¿Por qué tengo un trastorno de la conducta alimentaria?

Las causas o factores que pueden favorecer el desarrollo de un trastorno de alimentación son muy variadas y va a depender de cada caso. Sin embargo, podemos describir tres grandes categorías de factores:

Entre estos factores destaca el mecanismo metabólico que regula la ingesta de alimentos, en la que intervienen diversas áreas del sistema nervioso principalmente el hipotálamo. También influyen otras características como la talla, el peso, la constitución, etc.

Hay determinados rasgos de personalidad que, junto con una falta de recursos personales, hacen más vulnerables a las personas para desarrollar un trastorno alimentario. Así, tener rasgos de personalidad perfeccionistas y características obsesivas hacen más proclive la aparición de este tipo de problemas, junto con una baja tolerancia a la frustración. En el caso de la anorexia, rasgos compulsivos y evitación del daño, y en la bulimia suele estar presente una alta impulsividad y una baja estabilidad emocional.

El comportamiento y las reacciones de la gente del entorno pueden tener influencia sobre este tipo de trastornos. Dentro de estos factores, destacan los refuerzos y halagos recibidos del entorno ante intentos de pérdida de peso anteriores al problema; la aparición de conflictos y la vivencia de burlas referentes al aspecto físico; una interacción conflictiva en el entorno familiar o una falta de habilidad en la resolución de estos conflictos, etc.

¿Qué puedo hacer para solucionarlo? Terapia cognitivo-conductual como método eficaz

Una vez que somos conscientes de la existencia de un trastorno de la conducta alimentaria hay que contactar con profesionales. La Guía de Práctica Clínica publicada por el Ministerio de Sanidad destaca el tratamiento cognitivo-conductual como uno de los que ofrece mayor eficacia, ya que permite aprender una nueva forma de relacionarse con la alimentación y mejorar los problemas que aparecen en los tres niveles de respuesta comentados anteriormente.