Pensamiento dicotómico: ¿Cómo nos afecta?

A lo largo de nuestra vida aprendemos que no todo es blanco o negro, sino que hay una amplia variedad de perspectivas que se pueden elegir ante cualquier situación. Sin embargo, hay aspectos de nuestra vida en los que tendemos a polarizar nuestros pensamientos. Un claro ejemplo cotidiano de esto es la política, la cual cada vez está más polarizada en la sociedad. Por eso hoy, hablaremos del pensamiento dicotómico y cómo nos afecta.

¿Qué es el pensamiento dicotómico?

El pensamiento dicotómico es aquella forma de pensar en la que solo tienen cabida dos alternativas opuestas y excluyentes entre sí ante una situación.

Este tipo de pensamiento es muy común, pero no por ello quiere decir que sea lógico, ya que como se ha anticipado anteriormente, siempre suele haber varias opciones. 

Por lo tanto podríamos decir que este tipo de pensamiento es una forma distorsionada de percibir la realidad.

Una de las principales características de las personas que tienen este tipo de pensamiento es que suelen ser personas autoritarias. Estas personas suelen percibir el mundo de forma categórica, es decir, o todo o nada.

¿Cómo nos afecta el pensamiento dicotómico?

El uso de este tipo de pensamiento tiene una serie de consecuencias, la más obvia es la simplificación de la realidad a la que se somete la persona al perder todo una abanico de posibilidades.

Hay una alta tendencia a caer en el uso de sesgos cognitivos, lo que implica el uso de menos recursos en el procesamiento de la información. En alguna ocasión el uso de sesgos es necesario, pero un mal uso al alza es desadaptativo para la persona.

Es así, que este tipo de procesamiento de la información, ha sido considerado por muchos expertos de la psicología como una forma de razonar primitiva e inmadura.

Además de la personalidad autoritaria, este tipo de personas suele relacionarse con características tales como:

  • Personalidad narcisista.
  • Perfeccionismo.
  • Baja tolerancia a la ambigüedad.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Deterioro en las relaciones sociales.

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Ejemplos de pensamiento dicotómico:

  • Blanco o negro: un ejemplo cotidiano podría ser como afronta una persona con este tipo de pensamiento la realización de sus tareas y obligaciones. En vez de fraccionarlas y hacerlas en diferentes días u horas, tendería a querer hacer todo en un momento, lo que implica cansancio, estrés y frustración si no se consigue.
  • O conmigo o contra mí: esta característica es la representación clara de una personalidad autoritaria. Al no saber cómo identificar las posibles alternativas que plantea la persona con la que se debate, se tiende a polarizar el pensamiento en extremos radicales.
  • Perfección o frustración: este tipo de pensamiento hace que se perciba la realidad de manera distorsionada, concibiendo que hay que realizar todo de la manera más perfecta ya que si no sería una catástrofe. Obviamente este tipo de pensamiento conlleva una baja tolerancia al fracaso y alta frustración respecto a las expectativas.

¿Cómo trabajar sobre el pensamiento dicotómico?

Por suerte, como casi todo en psicología, este tipo de pensamiento se puede combatir y modificar. Obviamente el cambio en este tipo de pensamiento depende de las características de la persona con la que se esté trabajando. Alguna posibilidades a practicar son:

  • Reestructuración cognitiva.
  • Diálogo socrático, para la indagación y búsqueda de nuevas ideas.
  • Entrenar la flexibilidad mental.
  • Entrenar a la persona en habilidades sociales.
  • Entrenamiento en tolerancia a la frustración.
  • Entrenamiento en resolución de problemas.

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Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sergio García.