El estrés y el nixen

Según mi experiencia profesional, lo peor que le puedes pedir a una persona con problemas de estrés es que se vaya a un parque a sentarse en un banco, y que no haga nada. La consigna a primera vista parece sencilla, se trata únicamente disfrutar de la tranquilidad y del entorno del parque, de sus árboles, sus plantas, el trasiego de la gente pasando. Lo que para cualquier persona una situación así es un momento agradable y placentero, para una persona con un cuadro de estrés puede llegar a ser una situación molesta, desagradable, algo a evitar.

Factores que pueden impedir a una personal “no hacer nada”

  • Ciclo de hiperactividad: Cuando una persona está estresada, el cerebro activa el sistema nervioso simpático, este sistema pone al cuerpo en un estado de alerta constante, preparado para la acción. Este estado de alerta sostenido dificulta el descanso, ya que el cuerpo percibe la inactividad como una amenaza para la supervivencia, lo que puede hacer que la persona sienta ansiedad si no está ocupada.

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  • Sobreestimulación del cerebro: Las personas que experimentan niveles elevados de estrés a menudo tienen un cerebro sobreestimulado, lo que hace difícil desconectar y relajarse. Incluso durante momentos de descanso, la mente puede continuar con pensamientos intrusivos o preocupaciones, lo que impide la calma necesaria para disfrutar de la inactividad. En algunos casos, el estrés también puede crear una sensación de urgencia y necesidad de control constante, lo que lleva a la creencia de que el descanso es una pérdida de tiempo.
  • Hábito de la multitarea: La cultura moderna fomenta la multitarea (multitasking), lo que puede hacer que las personas se sientan incómodas si no están ocupadas. En personas estresadas, el hábito de hacer múltiples cosas al mismo tiempo puede aumentar la dificultad para desconectar, ya que su cerebro ha sido entrenado para funcionar en un estado de sobrecarga.
  • Perfeccionismo y presión social: Muchas personas con estrés tienden a ser perfeccionistas o sienten una fuerte presión social para ser productivas todo el tiempo. La idea de «no hacer nada» puede generar culpabilidad o miedo al fracaso, ya que culturalmente se valora el logro y la actividad constante. Esta mentalidad refuerza la creencia de que el descanso es improductivo, lo que aumenta el malestar al intentar relajarse.

Efectos del estrés a nivel orgánico.

El Nixen

El concepto del nixen, vinculado al «arte de no hacer nada», puede interpretarse como una metáfora del equilibrio entre la acción y la inacción, una idea muy cercana al principio taoísta de wu weio «no acción». Aunque tradicionalmente el nixen es visto como algo desconcertante, en términos psicológicos podemos entenderlo de manera más profunda: simboliza el fluir natural y la aceptación de las circunstancias sin forzar el control o el cambio, lo que sugiere una forma de estar en el mundo sin imponer resistencia.

Desde esta perspectiva, «no hacer nada» no es sinónimo de pasividad o pereza, sino de una forma de vivir en armonía con el entorno y las propias emociones. En un mundo acelerado, el nixen nos recuerda la importancia de fluir como el agua, que sigue su curso sin esfuerzo, adaptándose a las circunstancias. Este enfoque no implica inactividad absoluta, sino una disposición mental que permite que las acciones surjan de manera espontánea y sin presión externa.

En psicología, la importancia de «no hacer nada» está relacionada con el bienestar emocional. El descanso y la contemplación son cruciales para la salud mental, y el nixen simboliza la capacidad de dejarse llevar, de permitir que las cosas sucedan sin intervenir constantemente. Este enfoque puede contrarrestar la ansiedad y el estrés que surgen de intentar controlar todo. Así, el nixen aparece como el contrapeso necesario y nos invita a practicar una forma de «ser» en lugar de «hacer», donde la quietud y la aceptación nos conectan con el presente y permiten un equilibrio interior más profundo.

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No hacer nada y su relación con el estrés

En psicología, «no hacer nada» es un enfoque importante para combatir el estrés, ya que permite al cerebro y al cuerpo descansar, recuperarse y “re-conectar” con un estado de calma. El estrés crónico, derivado de la hiperactividad constante y la sobrecarga de responsabilidades puede llevar al agotamiento físico y mental. Tomarse tiempo para no hacer nada crea espacio para que el cuerpo active su sistema nervioso parasimpático, que es responsable de la «respuesta de relajación». Esto contrarresta el estrés activando funciones como la reducción de la frecuencia cardíaca y el estímulo de la digestión y la reparación celular.

Desde la psicología cognitivo-conductual, el descanso consciente o la «inacción productiva» permite que el cerebro reorganice y procese la información, promoviendo la creatividad y el enfoque panorámico. Momentos de desconexión favorecen la reflexión y la claridad mental, permitiendo que las emociones se asienten y que el estrés disminuya.

Además, prácticas como la meditación y el mindfulness, que implican «no hacer nada» de manera estructurada, han demostrado ser eficaces para reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y mejorar la regulación emocional. Al practicar el «arte de no hacer nada», las personas pueden aprender a soltar la necesidad de control constante, lo que reduce la ansiedad relacionada con el estrés de la vida cotidiana.

Artículo escrito por: Francisco Ortiz, CIPSIA psicólogos.