Trastornos del sueño: señales de alarma y factores que los agravan

La importancia del sueño para la salud

Dormir bien es uno de los pilares fundamentales de la salud física y psicológica. Sin embargo, los trastornos del sueño afectan cada vez a más personas y, a menudo, pasan desapercibidos hasta que generan un impacto significativo en la vida diaria. 

Síntomas frecuentes de los trastornos del sueño

Los síntomas más frecuentes incluyen dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos o muy tempranos, sensación de no haber descansado, somnolencia excesiva durante el día y, en algunos casos, conductas inusuales mientras se duerme, como hablar, caminar o movimientos bruscos. Estos problemas no solo alteran la cantidad de horas dormidas, sino sobre todo la calidad del descanso. 

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Consecuencias cognitivas, emocionales y físicas de la falta de sueño

Las consecuencias van mucho más allá del cansancio. La falta de sueño sostenida afecta a la atención, la memoria y la concentración, lo que puede reducir el rendimiento académico o laboral y aumentar el riesgo de accidentes. A nivel emocional, la falta de descanso favorece la irritabilidad, la ansiedad y la depresión, creando un círculo vicioso en el que la preocupación por no dormir agrava aún más el problema. En el plano físico, se ha demostrado que la privación crónica de sueño eleva el riesgo de hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares. 

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Factores actuales que agravan los problemas de sueño

En los últimos años, dos factores han acentuado especialmente este fenómeno: el uso excesivo de dispositivos móviles y el estrés cotidiano. La exposición a la luz azul de pantallas antes de dormir retrasa la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia, dificultando la conciliación del sueño. Por otra parte, el ritmo acelerado de vida, las preocupaciones laborales y personales y la sobrecarga de estímulos generan un estado de hiperactivación mental incompatible con el descanso nocturno. 

Reconocer los síntomas tempranos y buscar ayuda profesional es clave. Existen estrategias conductuales y terapias psicológicas eficaces que pueden mejorar la calidad del sueño sin necesidad de recurrir siempre a fármacos. Dormir bien no es un lujo: es una necesidad básica para cuidar nuestra salud integral. 

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Escrito por Francisco Ortiz director de CIPSIApsicologos.