Actualmente, tenemos mucha información sobre los peligros y las consecuencias negativas que supone la drogadicción. Sin embargo, cuando este tipo de información aparece en los medio de comunicación no se explica con profundidad el daño que producen estas sustancias en el organismo. En el artículo de hoy, hablaremos sobre las consecuencias que generan las adicciones a las drogas en el cerebro y en nuestro sistema nervioso.
¿Qué son las drogas?
Lo primero de todo, antes de pasar a analizar los efectos de las drogas en el cerebro es comprender qué son. La droga es según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “término de uso variado que en medicina se refiere a toda sustancia con potencial para prevenir o curar una enfermedad. En el lenguaje coloquial, el término suele referirse concretamente a las sustancias psicoactivas y, a menudo, de forma aún más concreta, a las drogas ilegales”. Cuando se habla de drogas, nos solemos referir a una sustancia química, que se usa sin fines terapéuticos, que tienen un gran potencial de abuso y dependencia y que producen placer.
Para clasificar las distintas sustancias, hay diferentes criterios como su situación jurídica, su uso médico o los efectos que producen en el sistema nervioso. Nosotros vamos a presentarlas según sus efectos. En esta clasificación hay tres tipos principales de drogas:
- Depresoras: son aquellas que ralentizan algunas funciones neurológicas. Entre ellas se encuentran el alcohol y la heroína.
- Estimulantes: son aquellas sustancias que producen un aumento en algunas de las funciones neurológicas. Algunos ejemplos son la cocaína, las anfetaminas y la nicotina.
- Alucinógenas: son aquellas que producen alteraciones en funciones cognitivas como la percepción. Por ejemplo, el LSD y la marihuana.
¿Cuándo es adicta una persona?
Por último, antes de explicar los diferentes efectos que producen las drogas en el cerebro vamos a relatar los criterios que hacen que se considere a una persona como adicta. A continuación, os explicamos los criterios según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) para considerar la existencia de una adicción:
- Tolerancia: necesidad de aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos.
- Síndrome de abstinencia: conjunto de reacciones físicas cuando la persona deja de consumir la sustancia durante un tiempo.
- La sustancia se consume en cantidades mayores o durante más tiempo de lo que se pretendía en un principio.
- Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de interrumpir el consumo o de controlarlo.
- La persona emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia, consumo o recuperación de sus efectos.
- Se da una importante reducción de las actividades cotidianas del sujeto debido a la ingesta de la sustancia.
- A pesar de tener conciencia de sus potenciales riesgos, se continúa consumiendo la sustancia.
– Si quieres saber más sobre el síndrome de abstinencia, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí.
Los efectos de las drogas en el cerebro
Ahora que ya sabemos qué son las drogas y qué es necesario para que a una persona se le considere como adicta, vamos a profundizar en los efectos de estas drogas en el cerebro. Para ello, vamos a dividir los efectos que producen a corto plazo y a largo plazo.
Efectos a corto plazo
Cuando una persona consume algún tipo de droga, como ya hemos visto está introduciendo en su organismo una sustancia química externa que va a influir modificando la química cerebral. Dependiendo de la sustancia concreta que se consuma el efecto que producirá en el cerebro será distinto. Por ejemplo, algunas drogas como la cocaína o las anfetaminas producen que las neuronas liberen una cantidad inusual de neurotransmisores. En cambio, drogas como la marihuana y la heroína al contener un químico similar al de la transmisión neuronal, activan de forma inusual a las neuronas.
Dentro de las áreas que se ven afectadas destacan las siguientes:
- Tallo cerebral: esta zona es la encargada de controlar funciones vitales del organismo y de la comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. Las drogas estimulantes, tienen un efecto muy notable en esta zona (por ejemplo, subida de la tasa cardiaca, respiración, etc.).
- Cortex: es el tejido nervioso que cubre los hemisferios cerebrales y dónde se encuentran las principales funciones cognitivas. Los estupefacientes, alteran algunas de estas funciones cognitivas como pueden ser la percepción produciendo distorsiones.
- Sistema límbico: conjunto de estructuras formado entre otras por el hipocampo y la amígdala que se encarga de regular las emociones. Cuando se consumen estas sustancias, el estado de ánimo varía intensificándose o modificándose.
Efectos a largo plazo
Por último, cuando una persona consume durante un periodo de tiempo se producen efectos a largo plazo en el cerebro. Mediante el consumo reiterado y debido a las alteraciones que producen en la bioquímica cerebral, se ven modificadas tanto las neuronas como los mecanismos de transmisión de información. Además, debido a la tolerancia el cerebro se “acostumbra” a funcionar con la presencia de estas alteraciones y necesitan su presencia para realizar las funciones cerebrales.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sara Catalán
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