El juego patológico

Loteria

¿Qué son los juegos de azar?

Los Juegos de Azar son prácticamente omnipresentes en nuestras vidas, cada noche la televisión nos retransmite el sorteo del Cupón de la ONCE, periódicos, emisoras de radio y de televisión nos informan cada mañana del número premiado en el Cupón de la ONCE…

y de la combinación ganadora en el sorteo de la Primitiva o Bonoloto. La Lotería Nacional ha aumentado el número de sus sorteos a dos semanales que con cualquier motivo, son retransmitidos por televisión con el caracter de espectáculos. Cada fin de semana la información sobre la quiniela de la jornada, su resultado, recaudación, número de acertantes y premios ocupan lugar destacado en los programas deportivos. Cuando salimos a la calle podemos ver quioscos y vendedores de la ONCE, despachos de lotería, establecimientos de sellado de quinielas y primitivas. Si entramos en un bar o cafetería difícil será que no haya una o más máquinas tragaperras que con brillantes destellos de luz nos inviten a gastar nuestras monedas. Por la tarde numerosos bingos abren sus puertas anunciándonos la cantidad disponible en el bingo acumulado, o interconectado.

Toda esta presencia da publicidad a los Juegos de Azar sin que sus organizadores hayan tenido que gastar una sola peseta. Además, tenemos la publicidad propiamente dicha que nos alienta a jugar, indicándonos la cuantía de los premios y los «botes» acumulados de semanas anteriores, junto con mensajes, más o menos sutiles, que nos señalan que estos juegos son la ilusión que podemos poner en nuestras vidas, o nuestra única oportunidad de prosperar económicamente.Cartón de bingo

Y todo esto contando sólo con aquellos juegos institucionalizados y regidos o supervisados por la Administración. Aparte podemos contar las loterías clandestinas, timbas, peleas de animales, etc. donde se mezclan el encanto de la trasgresión de las normas con la excitación del juego.

Para completar el panorama, podemos añadir la multitud de rifas benéficas, sorteos de automóviles, viajes, aparatos de música, ordenadores, videos, televisores, baterías de cocina y cualquier cosa que seamos capaces de imaginar, con la que financiamos o promocionamos cualquier actividad, sagrada o profana. A ellos recurren tanto los estrategas de marketing de los grandes bancos, como el tendero de nuestro barrio. El Hogar del Pensionista y los estudiantes de E.G.B. para financiar sus viajes. Podemos afirmar, sin ninguna exageración, que vivimos dentro de un gran Casino y que nuestra vida cotidiana se desarrolla pasando de sala en sala. Así que hagamos algunas reflexiones sobre el tema:

  • Los Juegos de Azar son actividades organizadas por una persona o entidad, en las cuales se cobra una cantidad por participar en ella (apuesta) y se asigna un premio a uno o varios de los participantes mediante un mecanismo de azar, en el cual no interviene de forma significativa la habilidad de los participantes. Como la cantidad repartida en premios es siempre inferior a lo recaudado de los participantes, la entidad organizadora obtiene unos beneficios y está interesada en promocionar y extender la participación en su juego.
  • Los participantes gastan su dinero en los Juegos de Azar, porque prefieren la ilusión de obtener un gran premio, aunque esta posibilidad sea remota, a los bienes que pueden conseguir de forma segura con la cantidad, relativamente pequeña, que se les pide por participar.
  • Mientras todos los participantes se mantienen en un gasto pequeño con respecto a su nivel de ingresos, el juego es una diversión inofensiva que ayuda al establecimientoy fortalecimiento de la relaciones familiares y sociales ¿Quién no ha compartido participaciones de la Lotería de Navidad con sus familiares o amigos? ¿Cuanta gente cumplimenta Quinielas o Bonolotos junto con un grupo de amigos? La visita a un Bingo o Casino es una oportunidad de compartir la velada con amigos o conocidos.
  • Como el Estado percibe unos elevados ingresos, a través de los beneficios de los juegos que organiza directamente, y de las tasas e impuestos de los organizados por particulares, no pone ningún impedimento a su desarrollo y extensión. Es más, los impuestos sobre los Juegos de Azar son los impuestos perfectos, la gente los paga de forma voluntaria sin necesidad de inspección o coacción alguna y además están entretenidos y contentos de aportar de esa forma su dinero a las arcas de Hacienda.

¿Qué problemas pueden traer este tipo de juegos?

Hasta aquí un paisaje idílico en el que todo el mundo es feliz con los Juegos de Azar. Sin embargo existe un Juego patológicolado oscuro y siniestro de estos juegos que es el protagonizado por los Jugadores Patológicos o Adictos al Juego. Personas que cuando juegan experimentan un intenso placer que los evade de cualquier problema que exista en su vida. De esta forma, desarrollan una urgencia psicológicamente incontrolable que les fuerza de forma persistente y progresiva a jugar, hasta acabar en una dependencia emocional respecto del juego que afecta de forma negativa a su vida personal, familiar y profesional.

Los jugadores patológicos han existido siempre, uno de los más famosos fue Fedor Dowtoyeski que reflejó magistralmente las vivencias que experimentan estas personas, en su novela «El Jugador». Sin embargo hasta fechas relativamente recientes el adicto al juego era un fenómeno anecdótico. Ha sido la invasión de actividades de Juego ocurridaen los 80, a partir de su legalización, y especialmente la extraordinaria expansión de las modalidades de «Juego Continuo», es decir con resultado inmediato, como Máquinas Tragaperras, Bingos y Casinos, lo que ha hecho que España sea uno de los paises delmundo donde más se juega, donde más Jugadores Patológicos hay y lo que es más grave, donde hay mayor crecimiento de esta patología.

En la actualidad se estima que en España hay entre un 1,5% y un 2% de la población que son Jugadores Patológicos. Esto quiere decir que: En España hay más de medio millón de personas que son adictas al juego y que necesitan tratamiento para poder abandonar esta adicción.

*Articulo publicado en la revista: psicologia-online.com

Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos