En otras ocasiones hemos hecho ya alguna crítica, creemos que constructiva, sobre el uso de redes sociales y el estilo de vida al que nos estamos adecuando y que estamos construyendo.
La desvirtualización de la vida real que se presenta en las redes, puede afectar a nivel psicológico con alteraciones en la autoestima o idealización de expectativas difíciles de conseguir.
Más allá de eso, hay que tener claro que las redes sociales, presentan fragmentos muy limitados de la vida real que lo que intentan es genera una necesidad en el espectador/consumidor. De esto se deriva el concepto de FOMO.
¿Qué es FOMO?
FOMO son las siglas de Fear of missing out (miedo a estar ausente). Este fenómeno afecta psicológicamente más de lo que cabe esperar, sobre todo a adolescentes, ya que no solo genera unas expectativas idealizadas de la vida real, sino que afecta a la vida diaria y entorno de la persona que lo percibe.
¿Cómo nos afecta FOMO en nuestra vida?
Este fenómeno afecta a áreas psicológicas y vitales como:
- Autoestima: la comparación con otros en redes sociales, y sobre todo entre lo ideal y lo real, afecta a diferentes aspectos de la autoestima como el autoconcepto y el autorreforzamiento.
- Relaciones sociales: genera cierta dificultad a la hora de relacionarse con otras personas car a cara, ya que la necesidad de visualizar las redes sociales ocupa un amplio horario del día a día del individuo.
- Estados de ansiedad: relacionados con las redes sociales. Pocos likes, discusiones con otros usuarios de las redes, etc.
- Depresión: provocada por baja autoestima, escasez de círculo social, distorsión de la realidad, etc.
- Sentimiento de inferioridad: al compararse con otros usuarios que tienen más popularidad o visualización.
- Conductas de riesgo: problemas de la conducta alimentaria, distorsiones del pensamiento. Etc.
¿Cómo nos afecta la comparación con los demás?
Qué hacer y como intervenir
El mejor método para intervenir y sobre todo prevenir, es la educación. Hay que intentar educar a las personas, independientemente de la edad, en el uso de las redes sociales. Por ejemplo:
- Marcar un uso limitado de estas al día o a la semana.
- Intentar tener espacios sin redes sociales a lo largo del día. Recuerda que las redes sociales no te hacen desconectar, más bien saturan tu sistema cognitivo.
- Generar hábitos saludables.
- Mejorar las relaciones sociales cara a cara.
- Marcarse objetivos, metas y expectativas. Esto ayudará a tener un concepto de la vida más real, siempre y cuando sean flexibles y alcanzables.
También se puede acudir a un profesional cuando consideremos que no tenemos herramientas para abordar toda esta sintomatología. La terapia cognitivo-conductual es una forma eficaz de tratamiento para este fenómeno, ya que ayuda a la comprensión emocional y su regulación, así como a la generación de nuevos hábitos de vida.
Artículo escrito por: Sergio Lozano.