Culturas colectivistas vs. culturas individualistas

Cuando pensamos en otras culturas diferentes a la propia, pueden resultarnos chocantes algunas de las costumbres o de los puntos de vista predominantes. Sin embargo, a menudo cometemos el error de juzgar otras formas de vida desde la visión de nuestra propia cultura. Caemos así en una especie de “colonialismo cultural”, en lugar de intentar valorar otras culturas como diferentes en lugar de inferiores.

El estudio de las características culturales y sociales es importante para la psicología porque explica algunas de las creencias o “patrones” que se nos imponen, y en los que se basa nuestra personalidad y nuestro comportamiento. La raza, el sexo, la religión, la edad, los grupos en los que nos solemos mover, etc., nos imponen una serie de directrices o límites respecto a lo que podemos ser o llegar a ser. Si, por ejemplo, pertenecemos a una minoría oprimida, es más probable que los niveles de autoestima y asertividad sean más bajos, lo que en definitiva repercute sobre el aprovechamiento de oportunidades, que además serán más escasas.

– Si quieres saber más sobre la Psicología Social, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

 

Individualismo vs colectivismo

Quizá una de las características más estudiadas por la Psicología Social o de los grupos sea el polo individualismo-colectivismo. Según esta clasificación, las sociedades colectivistas serían aquellas en las que se da mayor importancia al grupo que a la persona como individuo, mientras que en las sociedades individualistas el foco se dirige hacia la propia persona, y a sus características singulares. Esta clasificación permite explicar muchas de las diferencias entre personas de diferentes culturas, y permite predecir cuál será su comportamiento ante determinados hechos. Sin ir más lejos, el nivel de individualismo-colectivismo de un grupo influye hasta en algo tan nimio como los insultos. En un estudio se pudo comprobar cómo en el Norte de Italia, donde conviven culturas más individualistas, los insultos recurren a características personales reprobables, como la falta de inteligencia o a la “animalización” o infrahumanización (“Eres un cerdo”, “Eres un burro”). Sin embargo, en las sociedades más colectivistas del Sur de Italia, los insultos hacían alusión a los propios grupos de pertenencia y a la familia (“Los del Madrid sois unos idiotas”).

 

Las sociedades colectivistas

Las culturas colectivistas se corresponden geográficamente con las zonas mediterráneas, asiáticas y de América Latina. Los valores imperantes en estas sociedades giran entorno a la defensa del grupo. El grupo como conjunto es más importante que el individuo aislado. Suelen promoverse las modas y normas mayoritarias, y las disidencias se toleran mal. Por esa misma razón, la tradición suele ser muy importante, y se valora en gran medida el respeto al pasado.

– Si quieres saber más sobre la conformidad al grupo, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

– Si quieres saber más sobre la presión de grupo, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

Los colectivistas dan gran importancia a las relaciones con los otros. Muestran gran preocupación por los demás, y es común el apoyo social, lo que sin duda reduce muchos problemas psicológicos derivados de la falta de afecto y la soledad, como es el caso de algunos países nórdicos. El contacto con la familia es frecuente, y las familias son extensas. Se mantiene la relación con hermanos, primos, abuelos, tíos, etc., incluso llegada la edad adulta. También hay menos divorcios en estas sociedades, donde se busca la armonía, en lugar de la confrontación. No se suelen expresar directamente opiniones o emociones negativas que puedan molestar al otro.

Lo más importante en una sociedad colectivista es tener contactos. Conociendo a las personas adecuadas de la red social es como mejor se accede al éxito. Es por ello que en estas sociedades no son raros el “enchufismo”, ni los favores a los amigos y familiares. Por ejemplo, en una sociedad como la española, es frecuente que se nos haga descuento cuando compramos en la tienda de nuestro familiar, aunque esto sería impensable en una sociedad individualista.

 

 

Las sociedades individualistas

El individualismo predomina en sociedades occidentales y anglosajonas como Norteamérica y Europa del Norte. Se da gran importancia al concepto de libertad y a la singularidad de las personas en lugar de a la conformidad social. Al contrario que en el caso anterior, en las sociedades individualistas se rechazan los roles tradicionales y las tradiciones en general. Predominan los objetivos personales, la autorrealización y el beneficio propio por encima de los valores familiares. Estas son sociedades muy competitivas, en las que el egocentrismo es visto como normal e incluso deseable.

Las familias en culturas individualistas son mucho más reducidas que las colectivistas. Normalmente sólo se mantiene el contacto con la familia nuclear (padres, hijos, y como mucho hermanos). La comunicación es mucho más directa, y asertiva, ya que no se busca agradar sino expresar las propias opiniones, aunque ello pueda molestar a otros. Como el foco está en el individuo y no en las relaciones, las personas individualistas mantienen un mismo registro a partir de las distintas situaciones. Para una persona colectivista resultaría muy extraño dirigirse del mismo modo a su jefe que a su amigo en un bar, pero para un individualista, el modo de expresarse es una forma de realzar su distinción respecto a los demás.

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano