¿Qué es la Mnemotecnia?
¿Quién no se ha quejado alguna vez de su mala memoria? Es muy habitual oír a una gran cantidad de personas hablar sobre sus dificultades en este área, y si estamos en contacto con estudiantes podremos observar un amplio deseo de tener una capacidad memorística más amplia. Bien, una de las formas de mejorar nuestra capacidad de memoria podrían ser la mnemotecnia. En un amplio sentido, podríamos considerar mnemotecnia a todo aquello que nos ayuda a recordar algo. Por ejemplo, cambiarse un anillo de dedo o atarse un hilo a él, ya que sirve para recordar que tenemos algo pendiente.
No obstante, la palabra mnemotecnia suele utilizarse para referirse a ese conjunto de técnicas de memorización más o menos elaboradas que nos enseñan a retener de forma rápida y eficiente. También se conoce como diccionario de mnemotecnias, las recopilaciones de pequeños trucos –como acrónimos o abreviaturas- que nos recuerden datos muy concretos.
Puesto que la mnemotecnia nos ayuda a memorizar, es usada por todo aquel que necesita o desea retener unos datos en la memoria. Esto va desde los anteriormente mencionados estudiantes, a personas que aunque no estén estudiando necesiten recordar o aprender información de forma rápida o eficaz.
¿Dónde se emplean estas técnicas?
Tradicionalmente, la mnemotecnia aparece muy vinculada a la jurisprudencia y, en general, a oficios que requieren hablar en público (el discurso se memoriza para no olvidar ningún punto importante). Hasta mediados del siglo XVI -más o menos- dirigirse al público leyendo un texto era signo de incompetencia y estaba muy mal considerado, era habitual que recurriesen a técnicas de memorización para mantener todos los puntos del discurso en la memoria. Esta tradición llega casi hasta hoy: Bruno Furst, por ejemplo, autor de conocidos textos de mnemotecnia, era un abogado norteamericano famoso por sus exposiciones ante el jurado.
– Si te interesa saber más sobre cómo hablar en público correctamente, puedes leer nuestro artículo sobre el tema pinchando aquí.
Actualmente, los profesionales que más atención prestan a la mnemotecnia quizás sean los vendedores: fingen gran interés por el cliente memorizando su nombre, o un buen conocimiento del producto recitando sus características de memoria. Pero no creo que haya oficio que no pueda sacar ventaja de las técnicas de memorización.
¿Qué utilidad pueden tener en nuestra vida la mnemotecnia?
Utilidad en los estudios
Es un error muy extendido confundir técnicas de estudio con técnicas de memorización, ya que un estudiante necesita memorizar gran cantidad de datos, pero no sólo consiste en retenerlos, sino también en comprenderlos y asimilarlos. Con lo cual, las técnicas de memorización no son técnicas de estudio.
Sin embargo, aunque esta distinción es muy importante la mnemotecnia es una técnica que puede ser empleada con eficacia para ayudar a los estudiantes. Aunque es necesario comprender y elaborar el contenido, conocer y aprender técnicas que nos ayuden a memorizar datos (ya sean fechas, listas de elementos o los epígrafes de un tema) siempre va a resultar de utilidad y va a permitir ahorrar tiempo en la memorización.
Utilidad en la vida cotidiana
Tampoco es posible que con estas técnicas aumente nuestra memoria, pero lo que sí conseguimos es ejercitarla, y enseñamos de esta forma a nuestra memoria para que pueda recordar más y más rápido. Por tanto, la mnemotecnia no puede curar problemas de memoria porque no es ninguna medicina, pero sí puede dotarnos de estrategias eficaces para poder aumentar nuestra agilidad y capacidad para almacenar datos. así, una persona con o sin problemas de memoria graves puede emplear estas técnicas y hacer un poco más fácil su aprendizaje y posterior recuerdo.
Con todo lo anterior, hagamos una breve reflexión. Los recuerdos marcan el camino de nuestra vida, nos hacen sentir, llorar, reír, añorar, volar… ¿Por qué no tratamos de conservarles en la medida de lo posible? Cuida tu mente, cuida tu cuerpo y cuida tu memoria gracias a nuestro equipo de Psicológos Madrid; siéntete bien.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos