Cómo afrontar con seguridad el estudio y mejorar tu rendimiento

Miles de alumnos en educación obligatoria y bachillerato se han enfrentado en estas últimas semanas al reto del estudio para pasar sus exámenes. Otros tantos estudiantes de estudios superiores se enfrentan en las venideras a los exámenes, en muchas ocasiones temidos.

Buena parte de los estudiantes
vive con tensión y preocupación la obtención de buenas calificaciones.
Especialmente aquellos que estudian bachillerato y anticipan la evaluación de
acceso a la universidad. Sin embargo, no son los únicos. Muchos estudiantes
consideran fundamental para su autoestima la calificación obtenida. Lo que acrecienta
la preocupación ante el estudio y el rendimiento especialmente cuando se accede
a estudios superiores.

 

¿Cómo influye la seguridad en tu rendimiento académico?

Si detectas que experimentas
mucho estrés o ansiedad en esta área merece la pena dedicar un momento dentro
de la vorágine del estudio a trabajar en la autoconfianza y automotivación.

Algunos estudiantes viven con
inseguridad respecto a su rendimiento académico. Lo que se traduce en
pensamientos negativos constantes, dudar de su propio aprendizaje y
capacidades… Esta dinámica produce sentimientos de ansiedad y frustración. Ante
ellos, dependiendo del perfil del estudiante, se puede dar el abandono del
estudio, o la sobreimplicación para compensar el “déficit”. En cualquiera de
los casos, el rendimiento se ve afectado negativamente.

La inseguridad y la ansiedad
entorpecen la ejecución y el rendimiento, así que a continuación te damos
algunas ideas para que aumentes tu seguridad en tí mismo.

– Si quieres saber más acerca de qué hacer ante el bloqueo en los exámenes, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

– Si quieres saber más acerca de cómo prepararse psicológicamente para los exámenes, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

 

4 claves para mejorar tu confianza e incrementar tu
rendimiento académico

 

1. Recuerda cuáles son tus puntos fuertes en el estudio

Es posible que tengas muchas cosas por aprender, sin embargo, la conducta de estudio no es algo nuevo para ti. En tus años de estudiante seguramente has desarrollado estrategias y habilidades que te han permitido obtener resultados. Tómate un tiempo y piensa en qué eres bueno como estudiante: puede que tengas buena comprensión lectora, capacidad expresiva, buenas técnicas de estudio, sepas hacer buenos apuntes, afrontar exitosamente un examen…

Conocer cuáles son tus habilidades te dará mayor confianza y te animará a acudir más a ellas
potenciando tu rendimiento.

 

2. Sé benevolente con tus fracasos: a estudiar también se aprende

Con cada cambio de curso, cambio de profesor o en el acceso a otra etapa educativa se incorporan novedades. Surgen nuevas exigencias, y los criterios de evaluación son distintos. Es posible que necesites adaptarte y generar nuevas estrategias. Es por ello que, si no obtienes los resultados a los que estabas acostumbrado, no debes angustiarte. Forma parte del proceso de aprendizaje. A través del ensayo y error irás aprendiendo cuál es la mejor forma de incrementar tu aprendizaje y rendimiento.

En este sentido, es fundamental
que ajustes las expectativas de lo que quieres conseguir. Aspirar a tener
resultados excepcionales, o ser siempre bueno y no cometer errores, no
suspender nunca… solo te acarreará ansiedad. Plantéate si la meta que deseas
conseguir es realista. Admitir que no es posible hacer las cosas perfectas
te llevará a encajar mejor los pequeños fracasos.

 

3. Cambia el “tengo que” por “me gustaría”

 

El modo en el que nos planteamos nuestros objetivos académicos influye enormemente sobre la habilidad para afrontarlos

Muchos estudiantes viven durante
todo el curso académico con la presión de rendir constantemente.

Pero el lenguaje lo es todo. Los
mensajes que te das antes, durante y después de afrontar un reto cambian de
forma significativa tus emociones y tus estrategias de afrontamiento. El
pensamiento “tengo que” genera estrés y tensión mientras te preparas.  Culpa y frustración cuando la meta no es lograda. Además, cuando se consiguen logros significativos no produce especial
satisfacción, dado que “tan solo” has cumplido con “tu deber”.

En cambio, formular una meta en términos de deseo incrementa la motivación y la satisfacción con lo que
se hace. Cuando las metas no son alcanzadas no se vive como un fracaso personal.
Esto hace que no afecte a la autoestima y permita seguir trabajando en tus
metas con la misma energía.

 

4. Reconoce tus avances y valora tu aprendizaje

Es fundamental como estrategia de automotivación reconocer el progreso que realizas en cada esfuerzo. Ello te ayudará a seguir esforzándote y mantener una buena autoestima y sensación de competencia.

El progreso puedes centrarlo en
la cantidad de materia asimilada, si has realizado una buena planificación
podrás medirlo con facilidad. Pero también puedes enfocarte en la tarea.
Centrarte en el aprendizaje, la utilidad que tiene todo aquello que haces, será
mucho más motivador. Esto te permitirá mejorar tu sensación de autoeficacia.

Si crees que puedes necesitar ayuda para mejorar en los estudios, no dudes en contactarnos, en CIPSIA Psicólogos somos expertos en tratar este tipo de problemas.

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Maiana García