La represión de emociones y su efecto sobre la salud

La represión emocional podría definirse como el intento por parte de la persona de no mostrar las conductas relacionadas con la emoción. Por ejemplo, estaríamos reprimiendo una emoción si evitásemos llorar en público a pesar de sentir tristeza.

La represión emocional es una estrategia de afrontamiento que actúa una vez se ha producido la emoción, y que, si se generaliza como pauta habitual, da lugar a la personalidad represora.

 

La personalidad represora

Hace unas semanas hablábamos en nuestro blog sobre 4 tipos de personalidad. Pues bien, podríamos decir que la personalidad represora coincide aproximadamente con el Tipo C de personalidad. El Tipo C se calificaría básicamente por la represión de las emociones y por el intento de agradar a los demás.

– Si quieres saber más sobre los 4 Tipos de personalidad, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

En general, una personalidad represora se caracteriza por un alto grado de deseabilidad social y un bajo grado de ansiedad subjetiva. Esto significa que las personas que presentan esta característica anhelan la aceptación social y temen la crítica ajena. A pesar de mostrar una respuesta de ansiedad a nivel físico (aumento de la tasa cardíaca, sudoración…), no experimentan dicha emoción a nivel subjetivo. Esta desconexión emocional es uno de los rasgos característicos de la personalidad represora, y afecta tanto a las emociones positivas como a las negativas: la supresión emocional haría que se experimentasen menos emociones negativas (a nivel subjetivo o de vivencia de estas) pero también que las emociones positivas fueran menos frecuentes.

 

Represión emocional vs. Alexitimia

Respecto a esto último, vemos cómo la personalidad represora podría asemejarse a la Alexitimia o incapacidad de acceder a las propias emociones. La diferencia principal entre ambas reside precisamente en la capacidad de acceder a una emoción. Mientras que un alexitímico sería incapaz de experimentar la emoción subjetivamente por más que lo intentara, una personalidad represora evitaría activamente la emoción.

– Si quieres saber más sobre la Alexitimia, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

La represión emocional suele surgir debido a una valoración negativa y una desaprobación de las propias emociones. Como consecuencia, intentan reprimir la vivencia emocional y mostrar una imagen calmada ante los demás. Con el tiempo, esta estrategia pasaría a llevarse a cabo de manera automática e inconsciente; este sería el origen de la personalidad represora.

 

Problemas de salud asociados a la represión emocional

Al igual que el Tipo C de personalidad, la represión emocional acarrearía un mayor riesgo de padecer emociones negativas y a tener explosiones emocionales. Aunque pueda parecer paradójico por su apariencia calmada, a las personas que utilizan la represión emocional y no muestran sus emociones les cuesta más procesarlas y asumirlas, lo que a la larga les produce un mayor malestar generalizado.

La respuesta física de ansiedad (a pesar de que esta no se advierta a nivel consciente) tiene efectos negativos sobre la salud en el largo plazo. El aumento de la respuesta de estrés del organismo puede degenerar en hipertensión y otros problemas cardiovasculares. Esto, sumado a la ineficacia en la regulación de la emoción (que no se procesa adecuadamente), hace que sea mucho más difícil que la persona detecte aquello que le produce malestar, de manera que no hace nada por evitarlo.

– Si quieres saber más sobre la relación entre salud física y salud mental, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

– Si quieres saber más sobre la inteligencia emocional, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí

En CIPSIA Psicólogos contamos con profesionales con experiencia en el tratamiento de este y todo tipo de problemas psicológicos. Si tienes dudas sobre este o cualquier otro problema, puedes contactarnos pinchando aquí.

 

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano