El pasado día 10 de octubre, se celebró en todo el mundo el Día Mundial de la Salud Mental, promovido por la federación Mundial para la Salud Mental con actos en más de 100 países y que reunió esfuerzos para conseguir un fin común: la promoción de la salud mental entre la población.
Salud mental es un estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, lo que certifica su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. La salud mental ha sido definida de múltiples formas por autores de diferentes culturas.
Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, entre otros. Sin embargo, las precisiones de la Organización Mundial de la Salud establecen que no existe una definición “oficial” sobre lo que es salud mental y que cualquier definición estará siempre influenciada por diferencias culturales, suposiciones, disputas entre teorías profesionales, la forma en que las personas relacionan su entorno con la realidad, etc.
Observar el comportamiento de una persona enferma, la cual necesita ayuda psicológica, en su rutina diaria es la vía principal para conocer el estado de su salud mental. Se estudian de esta forma aspectos como el manejo de sus temores y capacidades, sus competencias y responsabilidades, el sustento de sus propias necesidades, la forma en que afronta sus tensiones, sus relaciones interpersonales y la manera en que sigue una vida independiente.
Con las diferentes actividades se pretendió manifestar que no se está dispuesto a renunciar al derecho de recibir una asistencia adecuada, tanto social como sanitaria. Como ciudadanos con derechos, las personas con enfermedad mental no pueden ser segregadas en ningún ámbito: ocio, empleo, educación, etc.
La percepción social de la enfermedad mental está condicionada por el desconocimiento y la desinformación, existiendo muchas veces una gran falta de comprensión de la sintomatología y la problemática que sufre este colectivo. Especialmente en la etapa infantil es cuando mejor puede iniciarse a la población en el conocimiento de este problema y en una adecuada percepción de esta realidad. Se pretende ofrecer a familiares y allegados un instrumento que facilite la labor de acompañar al menor en estas situaciones especialmente difíciles, ofreciendo explicaciones claras y adaptadas a su edad, así como una imagen positiva y más real de estas personas.
Hay diferentes opciones para mantener una atención de calidad a través de la prevención, la detección precoz, la continuidad de los tratamientos y el apopo a la autonomía personal y la recuperación, que como inversión, reducen a corto y medio plazo costes para las Administraciones Públicas. Es fundamental mantener los apoyos psicológicos a todas las personas con discapacidad y sus familias, en particular a aquellas con enfermedad mental, contando con un equipo de psicologos.
“Los derechos en la salud” son primordiales, ya que permiten a miles de personas recuperarse tras la aparición de un trastorno mental y retomar una vida activa y satisfactoria.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Alba Ortiz