¿A quién no le ha pasado alguna vez que ha dejado de realizar algo por lo que dirían los demás? ¿O quién no ha llevado a cabo alguna acción que no quería por la opinión del resto? La presión social es un factor que en muchas ocasiones es determinante para la conducta de algunas personas. En el artículo de hoy hablaremos sobre la presión social y por qué nos influye tanto en estas ocasiones y os explicaremos algunas estrategias para mejorarlo.
¿Qué es la presión social?
Antes de analizar por qué la presión social ejerce tanta influencia en nuestro comportamiento, es necesario entender a qué nos referimos. La presión social se define como aquella influencia que ejercen las demás personas sobre nuestras actitudes, valores, comportamientos, pensamientos, etc.
Como hemos visto la presión social puede influir en multitud de factores personales incluso en nuestra actitud o nuestra conducta. Dependiendo de cada persona y del grupo concreto que ejerza esa influencia o presión social, el foco será uno u otro. Uno de los más comunes es que influya en qué comportamientos llevamos a cabo o evitamos realizar, por el miedo a qué pensará el grupo de nosotros. Además de en nuestra conducta, la presión social también es habitual que influya en nuestra toma de decisiones.
¿Por qué nos afecta tanto?
Ahora que sabemos en qué consiste la presión social, cabe preguntarse cuáles son los motivos por los que tiene esa influencia en nosotros. El primer factor causal que podemos establecer, tiene que ver con nuestros pensamientos. Si le concedemos mucha importancia a la opinión y a los criterios de los demás es más fácil que influyan en nosotros.
Otro factor que influye en la presión social es la autoestima. Cuando tenemos un autoestima baja, somos más vulnerables a la opinión de los demás ya que no valoramos la nuestra propia. De esta forma, es más probable que el grupo ejerza una mayor influencia en nuestras decisiones, conductas, valores, etc.
– Si quieres saber más sobre cómo mejorar tu autoestima, puedes leer nuestro artículo sobre ello pinchando aquí
Por último, otro de los factores importantes que influyen en la presión social es el miedo. Las personas que tienen miedo al qué dirán, a la reacción de los demás, etc., es más probable que la presión social ejerza influencia en ellos. De esta forma, ese miedo a lo que puedan pensar o decir los demás, va a es un factor influyente en su toma de decisiones, va a modular sus actitudes o valores, etc.
Estrategias para mejorarlo
Ahora que ya sabemos qué es la presión social y por qué ejerce esta influencia sobre nosotros, vamos a ver las tres estrategias más importantes para manejarlo.
Aprende a decir NO
La primera estrategia que tenemos que llevar a cabo es aprender a decir que no. Como hemos visto en párrafos anteriores una de las consecuencias de la presión social es que regula nuestro comportamiento y toma de decisiones. Una de las formas en que lo regula, es influyendo en que llevemos a cabo conductas que en realidad no queremos realizar. Por ejemplo, una persona no quiere beber alcohol o consumir drogas, pero por miedo a la reacción de sus amigos decide consumirlas.
Para poder decir que no sin que nos genere angustia, es necesario que tengamos asertividad y expresemos con normalidad nuestra opinión. Decir que no, es un derecho que tenemos todas las personas y ejercerlo no implica ningún daño o falta hacia los demás.
– Si quieres saber más sobre las ventajas de la asertividad, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí
Refuerza tu propio criterio
Como hemos visto a lo largo de este artículo, uno de los aspectos que caracteriza a la presión social es que en algunas situaciones la persona cambia o modifica su comportamiento o valores en función de los demás. En estas ocasiones la persona está primando el posible criterio del grupo, frente al suyo propio. Por ello, es de vital importancia que la persona aprenda a establecer su propio criterio y a reforzarlo. Para reforzar actuar en base a nuestro propio criterio en una toma de decisiones, una estrategia eficaz es analizar la situación pormenorizadamente en base a pros y contras. Cuando se trata de un comportamiento o un valor, es necesario reflexionar si es importante para nosotros o para un grupo y actuar siendo fieles a nosotros mismos.
Evita los pensamientos negativos
Por último, como hemos visto al principio de este artículo los pensamientos juegan un papel muy importante en la presión social. Si al realizar una acción o una toma de decisiones anticipamos una reacción negativa o nos preocupamos por lo que pensarán el resto, es mucho más fácil que nos dejemos llevar por su criterio. Por ello, es necesario que evitemos en la medida de lo posible dejarnos llevar por ese tipo de pensamientos.
Para evitar estos pensamientos, una estrategia que resulta eficaz es detener el pensamiento. Lo primero que debemos hacer es darnos una señal de alarma que nos indique que debemos de parar ese pensamiento. Una vez se ha activado esta alarma, hemos de emplear una técnica de relajación y calmarnos. Cuando estemos más calmados deberemos focalizar nuestra atención en una tarea distractora que nos permita aislarnos de ese pensamiento.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sara Catalán
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