En el lenguaje cotidiano, solemos utilizar las palabras timidez, introversión y fobia social como sinónimos (en especial las dos primeras). A pesar de ello, no son exactamente lo mismo. Cada una de ellas tiene sus peculiaridades, aunque las tres tienen en común que tratan sobre las relaciones con los demás.
La introversión, rasgo básico de la personalidad
El rasgo Introversión-Extroversión suele ser una de las características centrales de la personalidad para la mayoría de la gente. Autores como Eysenck proponen una base biológica de este rasgo, relacionada con la búsqueda de experiencias y de contacto social (en el caso de la Extroversión) o de introspección y gusto por la soledad (en el caso de la Introversión. Aunque ser introvertido o extrovertido no es en un principio mejor ni peor, en las sociedades occidentales se tiende a valorar más positivamente la Extroversión.
Como decíamos, introversión y timidez suelen usarse indistintamente, aunque entre estas dos características hay una diferencia fundamental. Los introvertidos no necesitan de la búsqueda de contacto social tan frecuentemente, mientras que las personas tímidas anhelan el contacto social, y sin embargo no se sienten hábiles relacionándose con los demás.
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Timidez, torpeza o nerviosismo en las relaciones
La timidez se podría definir como el nerviosismo y dificultad a la hora de enfrentarse a situaciones sociales. La persona tiene el deseo de establecer contacto con los demás, pero se sienten incapaces o ineficaces al relacionarse con otras personas. Un dato curioso sobre las personas tímidas es que suelen ser bastante extrovertidas, por lo que su tendencia natural es a buscar las relaciones y el contacto interpersonal.
La timidez, de manera similar a la introversión, es una característica de la personalidad, que a menudo se manifiesta desde la infancia. Cabe destacar que la timidez no es un problema en sí misma, y será el contexto y la experiencia personal lo que determine que una persona tímida se ajuste bien a su entorno. La autoimagen que la persona tímida tenga de sí misma parece ser determinante en su bienestar y su adaptación. Además, el desarrollo juega un papel importante en la construcción de una autoestima sana en estas personas. Lo fundamental es que no se culpabilicen de su forma de actuar y de interactuar, y que se sientan válidas y aceptadas.
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Ansiedad social, la timidez intensificada
La Fobia o Ansiedad Social podría ser entendida como la timidez llevada al extremo. Es uno de los denominados Trastornos de Ansiedad. Una persona con ansiedad social sentiría miedo y ansiedad al exponerse a situaciones sociales, a ser juzgado, hacer el ridículo o quedar mal delante de otras personas. Cuando se encuentran en situaciones sociales, suelen tener pensamientos de inadecuación social, le dan demasiadas vueltas a las cosas y se sienten sumamente nerviosas.
A diferencia de las personas tímidas, suelen rehuir el contacto social, ya que se sienten sobrepasados por la situación. En los casos más graves, la persona puede dejar de salir de casa ante la perspectiva de encontrarse con un conocido o tener que hablar con alguien.
Como es fácil imaginar, este trastorno de ansiedad se convierte en un problema muy incapacitante para el que lo sufre, y es importante que se busque ayuda profesional para poder mejorarlo y que no afecte a la capacidad de adaptación y al bienestar de la persona.
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Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano