La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad. En términos relacionales podríamos definirla como un eslabón del sistema que es destinatario y receptor de la mayor parte de nuestros conflictos y problemas, sea cual sea el ámbito del que deriven.
La familia es un sistema que asusta a algunas personas, incluso a los miembros del propio sistema en cuestión. ¿Hay unas reglas escritas? ¿Actuamos acordes a un guión universal? Mitad y mitad. El las familias reina la protección, el cuidado, el cariño, el sufrimiento, la empatía, la sensibilidad, y muchas otras características definitorias. Pero, individualmente, lo más probable es que tu vecino o tu amigo tengan diferentes relaciones con sus familiares, a las que experimentas tú.
Es un sistema constituido por personas unidas a través de relaciones de alianzas y consanguinidad, ordenadas en base a tradiciones y reglas heredadas interactuando y creando su distintivo y propio modo de organización.
Es un régimen abierto, en constante transformación que, a pesar de los cambios permanentes, se mantiene a lo largo del tiempo. Cada uno de miembros manifiesta conductas redundantes que le conceden singularidad, con un conjunto de creencias que asignan significado a su particular manera de leer el mundo. Toda familia a su vez, presenta conflictos y debe negociar responsabilidades que hagan posible la vida en común.
La familia se desarrolla y cumple sus funciones a través de subsistemas, formados por generación, sexo, interés y función. Los límites de un subsistema están formados por las reglas que establecen quién participa de él y cómo, y cumplen la función de proteger la diferenciación del sistema.
Un funcionamiento familiar adecuado, requiere de límites suficientemente bien definidos como para que sus miembros puedan desarrollar sus funciones sin intromisiones y a la vez deben permitir el contacto con otros subsistemas.
Determinadas personas no experimentarán este campo social como un apoyo o un entorno seguro, probablemente por las circunstancias que han vivido y por motivos singulares de cada vida en individual. Aun así, y en general, la familia es como es: única, irremplazable, irrepetible, a veces odiosa, otras muchas agradable, y siempre fantástica. Este sistema no acata reglas marcadas por hombres, no desobedece las leyes, porque en ella domina su propia ley: EL OTRO, la relación con el otro es la que ha de guiar nuestro comportamiento en la familia.
Algunas personas entrarán en nuestra vida para después salir, o quizás nunca lleguen a marcharse; pero lo que está claro es que un familiar está y estará siempre con nosotros sin dar apenas margen a la distancia emocional. Cuidémosles entonces, y aprovechemos todos los días posibles para decirles lo que nos importan y lo orgullosos que estamos de formar parte de ese conjunto tan especial.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Francisco Ortíz
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