El WhatsApp ha resultado ser un avance muy importante en nuestra sociedad. Entre muchas de las ventajas que presenta podríamos destacar algunas: aumenta la interacción social con las personas de tu alrededor, permite poder hablar con quién quieras sin tener que gastar dinero para establecer la comunicación, facilita el mantenimiento de las relaciones a distancia, permite mandar fotos de lo que estás viendo a tus conocidos sin gastar y con rapidez, etc.
A pesar de todas beneficios que Whatsapp aparentemente pueda tener, también presenta múltiples inconvenientes. El equipo de psicólogos de CIPSIA psicólogos hemos observado que se pueden dar ciertas alteraciones relacionadas con el uso y el abuso esta aplicación.
Alteraciones del sueño
El WhatsApp puede provocar trastornos del sueño, ya que la constante necesidad de saber si personas importantes para ti te han escrito o no, hace que estemos en estado de alerta y nos cueste más conciliar el sueño. Además muchas personas se han habituado a chatear una vez ya están tumbadas en la cama, esto provoca que se activen y sientan emociones justo antes de intentar dormir, lo que repercute en que les cueste más iniciar el sueño. Los psicólogos recomendamos que solo se use la cama para dormir, ya que la posible asociación de estar en la cama con estar en vigila y activo puede producir a corto y a largo plazo que tengamos problemas para conciliar el sueño, requiriendo ayuda psicológica.
Dificultades para mantener la atención sostenida y para concentrarse.
Ya son muchas las personas que se quejan que desde que tienen Whatsapp no se concentran. Muchas personas dicen que no pueden ni leer porque constantemente les está vibrando el móvil y esto les desvía la atención. Otras expresan que cada vez les cuesta más concentrarse en una sola cosa y se distraen con demasiada facilidad. Este efecto es debido a que los nuevos móviles son una fuente constante de llamadas de atención, de gratificaciones, de preocupaciones y de alegrías, lo que hace que nos acostumbremos a que a pesar de estar haciendo cosas importantes como leer o estudiar, nuestra cabeza esté pendiente de recibir estos refuerzos y estímulos. De este modo, lo que se acaba practicando es una alternancia repetida de nuestra atención entre dos estímulos, el móvil y el estudio.
Los procesos atencionales son sensibles a la práctica y al entrenamiento, si nosotros solo practicamos la alternancia de la atención pero nunca utilizamos la atención sostenida en un solo estímulo durante cierto tiempo, cada vez nos va a ser mucho más difícil hacerlo. Así, serán más frecuentes los despistes repetidos o la búsqueda de nuevos estímulos mientras estudiamos. Los psicólogos recomendamos que cuando se realicen tareas importantes o se requiera cierta concentración, se intente dejar el móvil en otra habitación para no distraerse. Aconsejamos practicar el hecho de redirigir la atención a lo que se está haciendo las veces que haga falta hasta que se termine. Pues, se trata de un entrenamiento y al practicarlo de manera constante, cada vez será más fácil y menos costoso alcanzar el estado óptimo de concentración.
Problemas de adicción al móvil. Actualmente ya se habla del efecto WhatsApp.
Cada vez es más habitual escuchar comentarios de personas que afirman que no pueden vivir sin el móvil o que necesitan estar mirándolo de forma repetida. Esto es debido a que el Whatsapp, sin darnos cuenta, puede llegar a crear una adicción muy resistente. El Whatsapp, como ya hemos comentado, es una fuente de estímulos novedosos, de noticias nuevas que van dirigidas a nosotros y nos suelen producir emociones positivas (en un 60% de las ocasiones nos produce una sonrisa o un pensamiento positivo). Esto puede resultar muy adictivo ya que sin ningún esfuerzo, ni siquiera sin tener que hablar o sin tener que mantener unas apariencias, nos limitamos a recibir emociones positivas a través de un aparato.
Si a esto le añadimos que no se sabe con qué periodicidad se conseguirá el refuerzo o premio, a qué hora recibiremos los mensajes, o quien nos va a hablar, nos producirá una curiosidad constante que nos creará un estado de necesidad de llevar el móvil encima todo el día y estar pendiente de él a todas horas, pudiendo necesitar a largo plazo ayuda psicológica. Así pues, se trata de un refuerzo intermitente (no se sabe cuándo tendrás el refuerzo pero lo acabas teniendo) y está considerado el tipo de reforzamiento más efectivo para mantener conductas, y que produce uno de los procesos de aprendizaje más fuerte y duradero que hay.
Desatención de las relaciones sociales que tenemos en directo:
Otro de los problemas frecuentes y del que bastante gente ya empieza a ser consciente es que el Whatsapp interfiere en la fluidez de las relaciones sociales que se tienen cara a cara. Cuantas veces no habéis visto grupos de amigos en los que como mínimo una o dos personas están desconectadas de la conversación presente para estar prestando más atención a personas que le hablan a través del Whatsapp. Esta escena aun que nos parezca increíble, se da actualmente en casi todas las situaciones en las que se reúnen grupos de amigos. No es necesario decir las graves consecuencias que tiene este hecho en la calidad de la comunicación entre amigos o entre los miembros de una pareja.
Desde CIPSIA psicólogos os invitamos a que reflexionéis sobre todas estas repercusiones o perdidas de calidad de vida, que sin darnos cuenta vamos aceptando y normalizando en nuestro día a día.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Anna Cadafalch