En muchas ocasiones, son las diversas creencias que tenemos sobre nosotros mismos o sobre los demás, las que nos impiden ser asertivos.
Las exigencias son creencias personales que damos la entidad de verdades absolutas, que nos dictan, de alguna manera, cómo debería ser uno mismo, las personas o el mundo que nos rodea.
Es conveniente que estas exigencias sean flexibles y no rígidas, y que se formulen mas bien como una preferencia. La rigidez en una exigencia puede dar lugar a la aparición de ansiedad, culpabilidad, inhibición, ira o indignación excesiva, y a la vez suponen una dificultad en la asertividad y en las relaciones sociales. Esto puede ser debido a que no hayamos podido cumplir con el objetivo que nos planteamos inicialmente o que haya sido demasiado difícil de alcanzar.
Las exigencias se suelen expresar con palabras como; “debería”, “es necesario que”, “tendría que”, “nunca” o “totalmente”. Algunos ejemplos de exigencias bastante comunes, y obstaculizan las relaciones sociales son:
- Debo caer bien a todos los compañeros de clase
- Nunca debemos equivocarnos
- Todo el mundo debería actuar de manera justa
- Es necesario que las personas miren por los demás antes que por ellos mismos
- Debería cambiar a mis amigos la manera de pensar acerca de mi.
Uno de los problemas que aparecen con este tipo de creencias, es que llegamos a tener expectativas poco realistas, como por ejemplo pensar que “debería cambiar a mis amigos la manera de pensar sobre mi”, estando esto fuera de nuestra capacidad de control.
Otro tipo de creencias problemáticas que pueden dificultarnos las relaciones son:
- Pensar que para auto-aceptarnos necesitamos la aprobación de los demás.
- Pensar que hay que pagar con la misma moneda a los demás, comportándonos de manera irracional cuando otra persona lo hace.
- Creer que buscar nuestro propio interés es algo “malo” e incompatible con los demás porque nos anteponemos.
En CIPSIApsicólogos te ayudamos ante problemas de asertividad, y trabajamos sobre las creencias problemáticas que obstaculizan las relaciones sociales.
Artículo escrito por Psicologo Ventas Cipsia Psicólogos: Silvia Delgado