. E incluso En estos días, todos vivimos bajo un estrés considerable: desafíos económicos, demandas laborales, tensiones familiares… etc. La tecnología siempre activa y el ciclo de noticias de 24 horas contribuyen a una preocupación incesante. Si bien muchos han aprendido a «vivir con él», puede tener un impacto grave en nuestra capacidad para pensar con claridad y tomar buenas decisiones. A corto plazo, e incluso dañar nuestro cerebro en el futuro a largo plazo. Estudios recientes muestran que el estrés crónico también puede conducir a la depresión. E incluso a un mayor riesgo de deterioro cognitivo y síntomas de la enfermedad de Alzheimer. ¿Por qué? Bajo estrés, el sistema límbico del cerebro, responsable de las emociones, la memoria y el aprendizaje, activa una alarma. Aumenta la producción de adrenalina y cortisol, que aceleran la frecuencia cardíaca y aumentan el metabolismo y la presión arterial. También mejoran la atención, el sistema inmunológico y la respuesta antiinflamatoria, y reducen la sensibilidad al dolor. Cuando su propia supervivencia está en juego, todo esto bueno, pero este sistema está diseñado para ser temporal. Cuando la situación estresante termina, el cuerpo vuelve a la normalidad. Sin embargo, bajo estrés constante, el cuerpo no puede restablecerse. Persisten los niveles altos de adrenalina y cortisol, lo que puede causar desequilibrios de azúcar en sangre y problemas de presión arterial, reducir el tejido muscular, la densidad ósea, la inmunidad y las respuestas inflamatorias. Estos eventos bloquean la formación de nuevas conexiones neuronales en el hipocampo, la parte del cerebro responsable de codificar nuevos recuerdos. Demasiado estrés casi puede hacernos «olvidar» cómo hacer cambios para reducir ese estrés, limitando la flexibilidad mental necesaria para encontrar soluciones alternativas. Este hecho termina desencadenando el síndrome de adaptación general (GAS), «agotamiento», que nos hace sentir desmotivados y mentalmente agotado. Por eso, la próxima vez que olvide el nombre de alguien en una fiesta, trate de no obsesionarse con recordarlo. En cambio, ríase de su ADN (todos somos humanos) Es más probable que el nombre en cuestión aparezca en su mente cuando menos lo espere. Aprender a dominar de manera efectiva nuestros niveles de estrés y desarrollar la resiliencia emocional puede ayudarlo a sentirse y desempeñarse mejor a diario. Además, puede ayudarlo a proteger su cerebro de los efectos dañinos del estrés. A continuación, encontrará 6 consejos para desarrollar la resiliencia y prevenir el estrés que daña el cerebro:El problema
¿Qué puedes hacer?