El Trastorno Bipolar, antiguamente llamado “Psicosis Maníaco – Depresiva”, es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por uno o más episodios maníacos que se suelen alternan de forma frecuente con episodios depresivos.
El Trastorno Bipolar se puede clasificar en dos subtipos:
Para poder diagnosticar un Trastorno Bipolar I, se requiere la presencia de al menos un episodio maníaco.
Por otro lado el Trastorno Bipolar II, se caracteriza por la aparición de uno o más episodios depresivos junto con al menos un episodio hipomaniaco.
¿Qué es un episodio maníaco?
Un episodio maníaco se diagnostica cuando se presenta un estado de ánimo elevado durante como mínimo una semana, manifestando algunos de los síntomas que se describen a continuación.
Las primeras manifestaciones de un episodio maníaco pueden resultar positivas para la persona, ya que se trata de una elevación del estado de ánimo: lo que comporta un aumento de la actividad, aceleración del pensamiento, euforia y sensación de ser invencible. Pero pronto la persona que lo sufre acabará por tener un pensamiento caótico, una desorganización de la conducta y un fracaso en todas las tareas en las que se ha embarcado por tratarse de proyectos fantasiosos y no realistas.
El paciente que tiene un episodio maníaco no sufre por sus síntomas, y no entiende porque los demás intentan frenarlo constantemente. Se trata de un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, que acaba manifestando explosiones de ira o furia.
La persona se siente llena de energía, no tiene ganas de dormir (suelen dormir de 3 a 4 horas), y desarrolla una actividad acelerada y frenética que acaba por ser ineficaz por la velocidad a la que se hace. Constantemente le llegan planes y proyectos fantasiosos a la cabeza del paciente, con los que se emociona y en los que invierte dinero y esfuerzo pero que suelen acabar en fracaso y pérdidas económicas.
El curso del pensamiento también se acelera, llegando a lo que se llama el descarrilamiento del pensamiento. Esto consiste en ir saltando de un tema a otro sin terminar ninguno y sin relación entre ellos. La atención también se muestra alterada llegando a una gran distraibilidad, en la cual se va cambiando el foco atencional de un estímulo a otro de forma súbita.
La autoestima de estos pacientes puede crecer tanto que pueden llegar a tener ideas delirantes de grandeza, sintiéndose mejores o superiores a los demás. Esto también afectará a sus relaciones interpersonales, ya que se enfrentaran de un modo agresivo a las personas que intenten frenarlos o limitarlos, y no toleraran que se les contradiga o que se intente demorar sus acciones.
¿Qué es un episodio hipomaniaco?
El episodio hipomaniaco tiene unos síntomas similares a los del trastorno maníaco, pero presentando menor gravedad. Se trata de la manifestación de un cambio en el nivel de actividad del paciente, que puede ser percibido por las personas de su alrededor.
El paciente presenta un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable durante al menos 4 días, pero a diferencia del episodio maníaco, no muestra deterioro, no es tan grave como para ingresarlo en un hospital, ni presenta síntomas psicóticos (ideas delirantes, alucinaciones, etc).
¿Qué es un episodio depresivo?
Se trata de la presencia de un estado de ánimo triste o anhedonia (perdida de placer), junto a otros síntomas depresivos que se describen a continuación, durante al menos dos semanas.
La gran tristeza que se experimenta suele ir acompañada de un estado general de inhibición de la conducta, es decir, no se actúa. La persona depresiva no siente placer por nada, no tienen motivación por hacer nada y todo le supone un gran esfuerzo. Es habitual que se entre en una especie de circulo en el que de tan poca actividad que se hace, cada vez cuesta más empezar a realizar cualquier actividad. En los casos de depresión grave se acaba produciendo un enlentecimiento motor, en el habla y en el pensamiento de la persona.
La persona que sufre este episodio tiene pensamientos negativos o desesperanzadores respecto a si mismo, su mundo y su futuro que hacen que todo lo vea insuperable e inalcanzable.
Los síntomas físicos típicos de la depresión son alteraciones en el sueño, es decir la pérdida de sueño o hipersomnia, la falta o aumento de apetito (dependiendo de la persona), fatiga, disminución de la actividad y deseo sexual, y molestias corporales (dolores de barriga, dolores de cabeza, etc.)
Volviendo al Trastorno Bipolar…
Es habitual que este trastorno se inicie con un episodio maníaco de forma brusca y súbita, y que cuando se termina este episodio de elevado estado anímico se caiga en un episodio depresivo de mayor duración que el anterior.
Lo que se intenta mediante el tratamiento tanto farmacológico como psicológico es que cada vez se estabilice en mayor medida el estado de ánimo, y se incremente al máximo el tiempo que dura de forma estable. Uno de los objetivos básicos es que el paciente consiga identificar tanto las elevaciones como las depresiones de su estado de ánimo para poder afrontarlas e intervenir a tiempo.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Anna Cadafalch
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