La Organización Mundial de la Salud define salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus capacidades, consigue afrontar las exigencias normales de la vida, trabajar productivamente de modo fructífero y, a la vez, es capaz de contribuir a su sociedad. El no gozar de salud mental, se denomina enfermedad mental.
La enfermedad mental, por otro lado, podría describirse como una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del comportamiento en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, el lenguaje, etc.
Y que dificulta a la persona en su adaptación en el entorno cultural y social siendo necesaria la ayuda psicológica de un equipo de psicólogos.
Las causas de la enfermedad mental son posiblemente muy diversas, y en algunos casos desconocidas. Se sabe que factores como alteraciones en la química del cerebro, predisposición genética, factores ambientales, culturales, lesiones cerebrales, consumo de substancias, etc.; pueden influenciar mucho en su aparición y curso. Pero se desconoce aún con exactitud en qué grado afecta cada uno de estos factores así como las combinaciones que se producen significativamente en cada caso que necesita la intervención de un psicólogo.
La enfermedad mental es una poderosa herramienta que, dependiendo de las manos en las que se encuentre, puede manifestarse de una forma u otra. Los tratamientos determinados en la ayuda psicológica pueden ser diferentes según los tipos de enfermedades, y se suelen diseñar intervenciones personalizadas para cada caso. Comúnmente se combina el tratamiento farmacológico con medidas de rehabilitación comunitaria, psicoterapias y soporte familiar, siempre en función de cada situación concreta. Aun así, deberíamos tener en cuenta que todavía hay un número considerable de personas que sufren una enfermedad mental y no acuden a recibir tratamiento a un equipo de psicólogos a consecuencia de la estigmatización que hay sobre este tipo de enfermedades.
Es parte de la sociedad, es tu vecino, tu compañero de oficina, es la persona que se sienta en frente en el metro y que se dirige, al igual que tú, a su puesto de trabajo. Sintámonos, por ello, agraciados de vivir en una sociedad que, a pesar de las adversidades, aun es capaz de seguir tendiendo la mano a aquellos que, sin haberlo elegido, sufren una enfermedad mental. El camino hacia la normalidad a través de la recuperación no puede ni debe ir en otro sentido.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Anna Cadafalch