Por familia monoparental se entiende aquella familia nuclear que está compuesta por un solo progenitor (varón o mujer) y uno o varios hijos.
Este núcleo, de familia monoparental, puede constituir por sí sólo una familia independiente (familia nuclear monoparental), o puede convivir con otras personas emparentadas. Por ejemplo, una madre (sin pareja) con dos hijos que viva con sus padres constituye un núcleo monoparental en una familia más amplia.
Familias monoparentales o monomarentales, son aquellas en las que un progenitor convive con y es responsable en solitario de sus hijos e hijas menores. Se habla de “hogar monoparental”, núcleo principal o primario. Un porcentaje de los núcleos monoparentales se incluyen dentro de una familia compleja en la que hay una pareja, frecuentemente la constituida por los abuelos de los niños o niñas. En este caso se habla de núcleo monoparental secundario o dependiente.
“Para un segmento importante de la población afectada, la monoparentalidad es una etapa que se supera. Basta pensar que, cuando una persona se separa puede irse a vivir con sus padres, reiniciar la vida en solitario, con sus hijos o bien reconstruir un hogar con otra persona», explica Montse Solsona, profesora de demografía en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Las cifras que maneja el Instituto de la Mujer indican que al acabar el año 2009 eran 533.800 las familias formadas por un sólo progenitor y uno o más hijos menores de 18 años. En 2008 se contabilizaban 451.500, en 2007 había 421.400 y en el año 2006, 393.300 uniones de ese tipo. Como puede verse, según se retrocede en el tiempo van disminuyendo, hasta llegar a 2002, la primera referencia de la estadística oficial, que cuantifica en 303.200 las familias monoparentales, casi la mitad de las actuales.
Se pronostica que este tipo de familias no dejarán de aumentar con el paso del tiempo. La razón es que cada año se producen en España más de 100.000 separaciones o divorcios y que la tasa de nupcialidad no para de reducirse.
En realidad aun existe un miedo a la diferencia, es necesario aceptar que no todo el mundo debe seguir los cánones establecidos. Este modelo familiar produce crecimiento personal, una lucha constante en solitario, una emoción de orgullo al ver tus recompensas. En determinados casos, este tipo de familia necesita de la ayuda psicológica de un equipo de psicólogos.
En el 86% de las familias monoparentales, la mujer es la persona de referencia, una proporción que ha disminuido ligeramente en los últimos años. ¿Cómo viven los hijos la ausencia de un progenitor, en general el padre? A pesar de que acepten algo como cotidiano y lo normalicen, es inevitable la comparación con su entorno, con sus iguales. En algunas ocasiones sustituyen esa figura ausente por otra.
“La educación, el amor, la seguridad emocional que se le puede dar a un niño no depende del número de personas que se la den, sino de la preparación y dedicación de quién las dé, sean una, dos o tres” comenta Rosa Maestro cuando se planteó una maternidad en solitario.
Artículo escrito por Psicologo Ventas Cipsia Psicólogos: Alba Ortiz