Como posiblemente hayas reflexionado, la autoestima es esencial para el desarrollo pleno de una persona y el logro del bienestar. La autoestima influye en todas las áreas vitales de una persona. A nivel académico, de relaciones personales, desarrollo personal, etc. Por lo que, todo lo que se haga por fomentarla ayudará a enriquecer y mejorar la trayectoria vital del individuo.
¿Qué es autoestima?
La autoestima de una persona se forja a través de múltiples experiencias y relaciones a lo largo de su vida. La autoestima se refiere a cómo se siente la persona respecto a sí misma. La autoestima se configura, entre otros aspectos, a través del tipo del discurso que tiene sobre sí mismo, sus capacidades, y su entorno.
Este discurso o diálogo interno no es algo innato, no venimos al mundo con un discurso incorporado genéticamente. Por tanto, nadie nace con mala autoestima. Pensemos que, al igual que el habla es aprendida en nuestra especie, y el idioma que hacemos propio viene condicionado por el entorno, el discurso que una persona desarrolla sobre sí misma es aprendido también.
– Si quieres saber más sobre la autoestima, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí
Hay muchas formas de ir aprendido una forma de hablarse y pensar sobre uno. Sin embargo, un factor fundamental tiene que ver con cómo le hablan las personas de su entorno a lo largo de su vida.
¿Cómo aprende tu hijo a través de tu lenguaje?
A través del aprendizaje por modelado o imitación.
Este tipo de aprendizaje es básico para el desarrollo de distintas habilidades en los seres humanos, e incluso en algunos animales.
Podríamos poner cientos de ejemplos de cómo se aprende imitando lo que hacen otros. Pero vamos a utilizar el más cercano a nuestro caso: Pensemos en el idioma, ya que para alcanzar una buena destreza oral basta con la imitación. Un niño es capaz de, en pocos años, adquirir gran cantidad de vocabulario y una gramática correcta sin necesidad de escolarización. Todo esto gracias a la exposición a modelos que utilizan un determinado idioma.
Por tanto, si utilizas un lenguaje negativo respecto a él, es de esperar que lo imite y utilice para hablar y pensar sobre sí mismo.
4 sugerencias para cambiar el lenguaje que utilizas con tu hijo
Utiliza un lenguaje positivo
Elogia las cosas que hace bien, y utiliza diferentes palabras para aludir a sus capacidades. Siempre habrá alguna cosa digna de ser reforzada. Escuchar las cualidades o conductas que valoran de él le llevará a desarrollar un autoconcepto positivo, basado en destrezas y méritos.
Elimina los deberías y las exigencias, y sustitúyelos por información veraz
Una educación plagada de mensajes exigentes y normas morales estrictas provoca que este tipo de lenguaje exigente y moralizador se termine utilizando de manera generalizada. Cuando se es muy autoexigente y hay un gran sentido del deber, no alcanzar los estándares marcados conllevará altas dosis de culpa e insatisfacción. Lo que inevitablemente repercute en la autoestima, atacando el sentimiento de dignidad.
En lugar de exigir u obligar, informa de las razones para cambiar su comportamiento. Explica cuáles son los beneficios y perjuicios de cada acción. Es por ellos, y no por una normal moral aislada de la realidad, por los que cobra sentido el comportamiento.
No generalices o pongas etiquetas
Cuando tu hijo cometa errores o haga cosas que no te gustan, no le etiquetes “eres un egoísta”, “no se te dan bien las matemáticas” etc.
Las etiquetas transmiten la idea de que esa característica es interna y estable, y, por tanto, no puede cambiar. Esto deteriorará su autoestima, y le desmotivará a intentar cambiar.
En su lugar utiliza frases como “no está bien que no quieras compartir con tu hermano” o “en esta ocasión el examen de matemáticas no te ha salido bien, habrá que prepararlo mejor la próxima vez”.
Refuerza aquellas cosas que hace bien sin “peros”
Para que a una persona le llegue realmente el refuerzo y la valoración positiva que se hace de su esfuerzo, es necesario que el mensaje no incluya de manera constante referencias a las cosas que podría haber hecho mejor.
Esto a la larga, termina resultando en una minimización de los logros. Lo que se consigue es transmitir que nunca se es suficiente, y desarrollar actitudes perfeccionistas.
Estas son tan solo algunas sugerencias sobre cómo repercutir positivamente sobre la autoestima de tus hijos En definitiva se trata de transmitir a través de tu lenguaje y tu actitud que crees en tu hijo, y en sus posibilidades.
En Cipsia Psicólogos somos expertos en trabajar sobre cómo mejorar las relaciones familiares. Si necesitas nuestra ayuda no dudes en contactarnos.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Maiana García