Creencia en un Mundo Justo: cada cual tiene lo que se merece

A principios de los 80, el profesor Melvin Lerner publicó un libro titulado “La creencia en un mundo justo: una ilusión fundamental”. Según Lerner, la Creencia en un Mundo Justo se basa en la idea de que todo aquello que les sucede a las personas es consecuencia de sus acciones y su esfuerzo. A las personas que actúen con bondad les ocurrirán cosas buenas, mientras que las personas malas sufrirán desgracias como consecuencia de su comportamiento reprobable.

A pesar de que evidentemente esto no es así en la realidad, la creencia de que cada cual tiene lo que se merece actúa como protectora de nuestra autoestima y nuestra salud mental. La certeza de que el mundo es un lugar predecible y ordenado resulta imprescindible para tener la seguridad que necesitamos. Por supuesto, esta creencia se dará en mayor o menor medida en función de la persona. No obstante, aunque este sesgo pueda parecer irracional e ingenuo, cumple una importante función psicológica.

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Factores psicológicos que se relacionan con la Creencia en un Mundo Justo

 

Estilo de atribución interno

Una persona internalista atribuye las explicaciones sobre lo que le ocurre a ella y a los demás, a las características o actos de la propia persona. Por el contrario, una persona con estilo de atribución externo buscará las causas de lo sucedido fuera del individuo (suerte, casualidad, fuerza divina).

Es por ello que normalmente la Creencia en un Mundo Justo se da en el primer tipo de personas. Para los internalistas lo que determina que las cosas vayan bien o mal es la propia agencia de la persona. Por esta razón, entenderán que el esfuerzo y las buenas acciones llevarán a consecuencias positivas, y viceversa.

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Empatía hacia la persona que sufre una situación negativa

Normalmente la Creencia en un Mundo Justo se basa en la atribución de toda la responsabilidad de una situación a la persona. Esto hace que no se tengan en cuenta posibles circunstancias del contexto, que hayan podido llevar a la persona a dicha situación.

 

Sin embargo, en los casos concretos en los que se sienta empatía, es más probable que uno sea más benevolente al atribuir causas. De esta forma, la Creencia en un Mundo Justo tendría menos peso en estos casos, y buscaríamos explicaciones alternativas fuera del individuo (“Tuvo un mal día”, “Fue mala suerte”). Por ejemplo, esto ocurriría ante personas que son más parecidas a nosotros, ya que la similitud hace que nos identifiquemos en mayor medida con el otro.

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Ideologías más conservadoras y autoritarias

Algunos estudios han señalado la correspondencia entre este tipo de ideologías y la Creencia en un Mundo Justo. Estos resultados se podrían explicar en base a la peor tolerancia al cambio y la incertidumbre, propias de estos idearios. A nivel político, la Creencia en un Mundo Justo se podría traducir en la supresión de medidas de equilibrio social, ya que se entiende que cada individuo llegará a una posición social u otra en función de sus méritos, sin tener en cuenta factores del contexto, como la pobreza o la dificultad de acceso a estudios superiores.

 

Consecuencias psicológicas de la Creencia en un Mundo Justo

La Creencia en un Mundo Justo se manifiesta en una serie de pensamientos y de formas de ver la vida. Para la persona que cree que lo que les ocurre a las personas es resultado únicamente de sus acciones, el mundo es un lugar en el que cada cual tiene lo que se merece. Esto se traduce en procesos como la búsqueda selectiva de la información, la culpabilización de las víctimas o la búsqueda de causas a posteriori.

 

Sesgo confirmatorio

Los seres humanos tenemos una notable tendencia a buscar información que confirme nuestras propias ideas, y a ignorar el resto. Esto se aplica también en el caso de la Creencia en un Mundo Justo. La persona que comete este sesgo es capaz de buscar explicaciones ante cualquier evento que contradiga su visión de un mundo en el que cada uno obtiene su merecido. De esta manera, la creencia permanece, a pesar de que haya datos que la contradigan, gracias a los sesgos y las distorsiones cognitivas

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Culpabilización de la víctima

Ante información que desmienta la Creencia en un Mundo Justo, se buscan una serie de estrategias. Cuando a una persona decente le ocurre una desgracia, se atribuyen causas que apunten a la acción de la víctima para mantener la creencia. Un ejemplo de esto sería acusar de imprudencia a la víctima de un atraco, pensando que “Podría haber hecho algo para evitar la agresión”.

 

Búsqueda de causas a posteriori

Al igual que en el caso anterior, una vez se ha desencadenado la consecuencia, la persona que cree en un Mundo Justo busca las causas a posteriori, y las expone como si desde un principio fueran obvias. Siguiendo con el ejemplo anterior, una persona con Creencia en un Mundo Justo diría algo así como: “Era obvio que la persona que se acercaba era un atracador, debería haberse dado cuenta”.

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano