La triada oscura de la personalidad

El concepto “triada oscura” fue acuñada por Paulhus y Williams en su artículo de 2002, para definir la tendencia al conflicto y a la explotación en las relaciones interpersonales. La combinación de narcisismo, psicopatía y maquiavelismo conformarían esta tríada. Aunque estos tres rasgos comparten características comunes, cada uno de los tres aportan información sobre las características de una “persona tóxica”.

Antes que nada, cabe destacar que los rasgos del narcisismo y la psicopatía se tienen en cuenta en este caso como características de personalidad que se dan en distinto grado en toda la población. Esto quiere decir que cada individuo presentará el rasgo en mayor o menor grado, y que ello no necesariamente es patológico. Podríamos decir en este sentido que todos tenemos un “lado oscuro”, que en algunas personas es más marcado que en otras.

 

Narcisismo

La primera característica de la triada oscura es el narcisismo. Las personalidades narcisistas se caracterizan por un sentimiento de grandiosidad y superioridad, una autoestima desmesurada a la vez que frágil, y una tendencia a utilizar a las personas de su entorno. Estas personas son exhibicionistas y necesitan de la atención y la aprobación externa de manera constante. Al mismo tiempo, son extremadamente sensibles a las críticas, que cuestionan su sentimiento enaltecido del Yo. Ante el rechazo o las críticas ajenas, pueden reaccionar de forma violenta, algo potenciado por su baja capacidad de empatía.

 

Si quieres saber más sobre las personalidades narcisistas, puedes leer nuestro artículo aquí

Si quieres saber más sobre el Trastorno Narcisista de la Personalidad, puedes leer nuestro artículo aquí

 

Psicopatía

La psicopatía primaria o clásica fue definida por Hervey Cleckley en su libro “The Mask of Sanity” (“La máscara de la cordura”) de 1941. Según su definición, aún vigente hoy en día, los psicópatas serían individuos “egoístas, dominantes, manipuladores, irresponsables, temerarios, escurridizos, faltos de empatía y remordimientos, y con una exacerbada callosidad moral que facilita una trayectoria vital delictiva”. Dicho esto, cabe decir que no todas las personas con rasgos psicopáticos necesariamente delinquirán, aunque sí tienen mayor propensión. La característica principal de una personalidad psicopática es el bajo miedo y la ausencia de lo que coloquialmente conocemos como “conciencia”.

En las relaciones interpersonales, estas personas son locuaces y encantadoras, manipuladoras a la vez que inconmovibles. Establecen afectos superficiales y carecen de sentimientos de culpa. Dada su insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, pueden manipular y mentir a su antojo, sin siquiera inmutarse.

 

Maquiavelismo

En “El príncipe” de Nicolás Maquiavelo, se presenta la idea de “el fin justifica los medios”, que resume la visión de su autor acerca del control político. Este personaje del siglo XVI da nombre al rasgo maquiavelismo, caracterizado por una visión del mundo en la que todo vale para lograr los propios objetivos, pese a quien pese, caiga quien caiga.

Las personas con un alto maquiavelismo se caracterizan por una ausencia de moralidad, y por manipular y explotar a los demás para conseguir lo que quieren.

 

 

Los rasgos de la triada oscura se entrelazan y se relacionan entre sí, pero cada uno de los tres aporta una pincelada a la hora de definir a las personalidades tóxicas y abusivas. De nuevo, estos rasgos no necesariamente han de ser desadaptativos, especialmente en una sociedad capitalista y competitiva, que pone el valor en la superficie en lugar de la humanidad de las personas. En ámbitos como el empresarial o los medios de comunicación, la tríada oscura podría facilitar el éxito, gracias a la falta de escrúpulos a la hora de desarrollar una carrera profesional. Eso sí, en las relaciones interpersonales, estas personas tenderán a la manipulación y el abuso emocional, a saltarse los límites ajenos y a establecer control sobre los demás.

 

 

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano