El mindfulness es un concepto que casi todo el mundo conoce y que se ha introducido en casi todos los ámbitos. Más allá de explicar sus beneficios, hoy hablaremos de la importancia del presente en nuestras vidas.
¿Qué rompe nuestra estabilidad?
Actualmente, los diagnósticos de los trastornos del estado del estado del ánimo se han multiplicado respecto a hace décadas. Esto en parte se debe a que la ciencia ha desarrollado métodos para identificar las claves para su diagnóstico, pero también se debe a los cambios en el estilo de vida.
Respecto a esto último hay mucho que decir. Por ejemplo, vivimos en la sociedad más competitiva que ha existido. Básicamente, todo se basa en competir: cuando eres pequeño las notas, en la adolescencia ser el mejor frente a tu grupo de iguales, en la edad adulta tener el mejor trabajo, etc.
Si nos detenemos un momento a pensarlo, todo ello son acciones que nos alejan del presente. Por ejemplo, el rendimiento académico se basa en obtener buenas notas, para obtener buenas notas hay que proyectarse mentalmente hacia el futuro, esto genera incertidumbre y descontrol en la persona, pues sabe que a pesar de hacer un gran esfuerzo el resultado puede ser negativo, lo que hace a la persona preocuparse mucho más y probablemente desarrollar estados de ansiedad. Además, pasado el examen, puede obtener una nota con la que está disconforme, lo que le hace mirar atrás (probablemente con frustración o enfado) lo que genera también sentimientos negativos. Esto es solo un ejemplo, pero ¿A quién no le ha pasado algo parecido?
Aprende a manejar la incertidumbre aquí.
Por otro lado, la sociedad en la que vivimos actualmente, nos bombardea diariamente mediante televisión, prensa y redes sociales, con las supuestas necesidades que tenemos. Esto nos hace pensar sobre nosotros mismos de una manera discrepante (si yo tuviera, si yo fuera, si llevase o hiciese esto o lo otro, etc.).
La importancia del presente
Como vemos, los anhelos y deseos de cada o uno, o las necesidades que se nos crean mediante el bombardeo de información actual, son lo que nos alejan del presente.
Llegados a este punto es hora de preguntar cómo resolver esta problemática. Obviamente la respuesta no es fácil, pero intentaremos desarrollar a continuación algunas estrategias que pueden servir:
- Aprender a diferenciar entre los tipos de “Yo”: esta técnica no se suele usar en mindfulness y relajación, pero es una buena técnica para identificar pensamientos automáticos que generan disonancias en la persona y que puede acercar a esta al momento presente. Dentro de estos tipos de “Yo” están: El Yo debido (es el yo en base a lo que debo ser respecto a mis creencias y las de los demás); el yo ideal (es el yo en base a los ideales a alcanzar); el yo real (lo que soy actualmente). Cuanto más nos acerquemos al yo real, mayor estabilidad emocional y más cerca del presente nos encontraremos.
- Practicar técnicas de mindfulness: obviamente, este es un punto clave para acercarnos al presente. Estas técnicas tienen múltiples beneficios sobre la regulación emocional y el bienestar general.
- Espacios sin tecnología: ya lo hemos comentado más veces. La tecnología está bien y no queremos decir que sea innecesaria, pero si es bueno tener espacios en el día sin este tipo de aparatos, ya que lo que hacen es mantener nuestro cerebro conectado permanentemente y alejarnos del momento presente.
En resumen
Centrarnos en el momento presente se ha convertido en una tarea más del ser humano, cuya finalidad no es otro que mejorar el bienestar de cada uno. Esta tarea es cada vez más difícil ya que el bombardeo de información y exigencias es constante. Sería bueno que cada uno aprendiese a aplicar técnicas que le acerquen al presente con la finalidad de mejorar su bienestar o bien que visitase a un profesional para ello.
Artículo escrito por: Sergio Lozano.