El trastorno límite de la personalidad o TLP se caracteriza principalmente por la inestabilidad emocional, conductual, y de las relaciones sociales de la persona que lo sufre. Se trata de uno de los trastornos de personalidad más frecuentes.
Suele aparecer hacia el final de la adolescencia, y afecta en mayor medida a las mujeres.
No se conoce una única causa para este trastorno. Se piensa que entre los factores que pueden influir en su aparición se encuentran factores genéticos y sociales.
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Síntomas del Trastorno Límite de la Personalidad
- Inestabilidad emocional. Se caracteriza porque las personas que lo sufren tienen unas reacciones emocionales desproporcionadas. Su estado de ánimo puede variar de un extremo a otro en cortos periodos de tiempo.
- Miedo al abandono. Es frecuente que estas personas sufran miedo a ser abandonadas. Esto puede explicarse por la sensación de vacío y la necesidad de afecto que muchas de ellas tienen.
- Ira. Tienen dificultades en el autocontrol, lo que les puede llevar a reaccionar con una ira inapropiada.
- Imagen de sí mismos distorsionada e inestable. Presentan inestabilidad también a la hora de definir su propia identidad. Por este motivo, pueden realizar cambios bruscos y extremos en diversos aspectos de su vida como pueden ser sus relaciones sentimentales, sus valores, opiniones o su profesión.
- Relaciones sociales inestables. Caracterizadas por ser de una gran intensidad y variar entre estados de adoración y desprecio. Estas personas se caracterizan por ser extremistas a la hora de valorar sus relaciones.
- Impulsividad y conductas temerarias. Que pueden relacionarse con el consumo de sustancias, conducción temeraria o relaciones sexuales.
- Autolesiones o ideas de suicidio. Pueden intentar autolesionarse o incluso manifestar ideas de suicidio.
Tratamiento
Una de las formas de tratamiento del trastorno límite de la personalidad es la terapia cognitivo-conductual.
Esta terapia puede ayudar a las personas con este trastorno a identificar y modificar sus creencias irracionales y los comportamientos derivados de las mismas.
De esta forma ayuda a la persona a llevar a cabo conductas más adaptativas, regulando las valoraciones extremistas y las conductas impulsivas.
Esta terapia es una de las más eficaces, y contribuye notablemente a la mejora de aquellas personas que sufren este trastorno.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Beatriz Cerezo
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