Todos sentimos celos de vez en cuando. De hecho, es una reacción normal a la sensación de que una relación apreciada está siendo amenazada. Los celos saludables dicen a nuestro familiares, parejas y amigos: «Tu eres importante para mí y no quisiera que nada sucediera a nuestra relación.» Sin embargo, igual que existen celos saludables y normales, existen celos excesivos o patológicos. A este trastorno se lo denomina Celopatía.
La mayoría de los casos de celopatía se presentan entre parejas, y puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres. El celópata se aferra a la idea delirante de que su pareja le está siendo desleal, sin importar que no haya ninguna prueba para apoyar su conclusión. El que sufre de celos patológicos se cree dueño de su pareja y se obsesiona con vigilar, perseguir e intentar «atrapar» a su pareja en el acto.
A diferencia de los celos normales, los celos patológicos pueden durar años. Frecuentemente, los celópatas se centran en acontecimientos insignificantes para acusar a su pareja de infidelidad y no están dispuestos a cambiar su punto de vista cuando se les presentan pruebas lógicas de que están equivocados.
En los casos más crónicos, la pareja celópata llega hasta el extremo de ser violento con su pareja y/o con el amante supuesto. También es común que el celópata trate de hacerse daño a sí mismo. Generalmente sucede a personas con personalidades paranoicas o a menudo es acompañado de otra psicosis o trastornos como, por ejemplo, un trastorno obsesivo compulsivo.
Para superar los celos, lo primero de todo es darse cuenta de que lo eres. Hay que intentar descubrir en qué momentos uno se comporta de manera celosa. Anotar lo que se hace, lo que se siente y lo que se piensa en esos momentos ayudará a entender y razonar mejor su origen. Por supuesto, hay que hablarlo abiertamente con la pareja. Quizás los celos tengan fundamento, pero quizás no sea así, si se analizan pensamientos, sentimientos y conductas, es probable que puedan hallarse muchos errores de interpretación. Habría que decirle al celoso, que si su pareja está con él será porque le quiere como es, no es necesario competir. Es mejor dedicar las energías a fortalecer y no a destruir la relación. Es necesario mejorar el diálogo, el respeto y la confianza. Para conseguir todo esto, lo mejor es planificar nuevas actividades juntos buscando disfrutar con ello.
La cocaína, la metanfetamina u otras drogas que producen un aumento repentino en dopamina pueden producir un efecto similar. En estos casos, se ha tenido mucho éxito tratando la celopatía simplemente disminuyendo la dosis del medicamento o venciendo la adicción.
Lamentablemente, la mayoría de los casos de celos patológicos no son tan sencillos. Para obtener ayuda con la celopatía es esencial contactar a un psicólogo, psiquiatra o incluso a un sexólogo para llevar a cabo una terapia psicológica. En algunos casos, una terapia que incluya a ambos miembros de la pareja puede ofrecer grandes beneficios. Un profesional de la salud podrá realizar una evaluación completa para determinar las causas y así indicar el mejor tratamiento.
Siempre con la ayuda de un profesional, será necesario trabajar aspectos como la seguridad en uno mismo o la autoestima. Así mismo, se realizará una gestión de todas las emociones reprimidas, los pensamientos negativos y se llevará a cabo un intenso proceso psicoeducativo para corregir cualquier tipo de conducta errónea que se esté desarrollando.
Artículo escrito por Psicologos Madrid Cipsia Psicólogos: Alba Ortiz
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