La ansiedad, el estrés o los nervios asociados al día a día, al trabajo, al cuidado de los niños… genera tanto a nivel mental como físico, un cierto cansancio y endurecimiento de los músculos. Es por ello, que resulte necesario el aprendizaje y la puesta en práctica de técnicas de relajación, que faciliten desprendernos de toda la tensión acumulada.
¿Qué beneficios tiene la relajación?
La relajación, y la intervención terapéutica basada en la misma, han demostrado influir en diferentes aspectos:
- Manejo, afrontamiento y reducción de niveles de estrés.
- Prevenir experimentar las consecuencias de un mantenimiento prolongado del estrés.
- O, una vez vivenciadas dichas consecuencias, liberando a la persona de la tensión y agotamiento tanto muscular como mental asociado al mismo.
La Respuesta de Relajación, entendida como una serie de reacciones que parten desde lo fisiológico (diminución tensión muscular, presión arterial, tasa respiratoria…), que dan como resultado unos niveles de activación cognitiva y emocional menores, facilitando así, la ausencia de los síntomas asociados al estrés y permitiendo la claridad en los pensamientos. Con esto último, se evidencia la importancia que llega a tener el entrenamiento en técnicas de relajación, y su práctica.
¿Las técnicas de relajación tienen solo el único fin de conseguir relajarse?
Se ha demostrado que la relajación sirve también para “potenciar la creatividad, mejorar el rendimiento, aumentar la productividad, desarrollar la concentración, e incluso como técnica de crecimiento personal de la conciencia”. Esto, podría dar una mayor importancia a la necesidad de trabajar técnicas de relajación con aquellas personas que sufren deterioro cognitivo, con el fin de conseguir ese estado de relajación que beneficie la realización de actividades cognitiva.
¿Cómo conseguimos relajarnos de una manera adecuada?
Hay diversas técnicas de relajación existentes, las cuales varían en función de sus objetivos más específicos. Algunas de las técnicas que encontramos son las siguientes
- Técnica de la imaginería o visualización: facilitan la desconexión.
- Relajación muscular progresiva: centrada principalmente en la relajación física.
- Técnica de respiración: posibilita el aumento de niveles de energía y consciencia.
La relajación muscular progresiva de Jacobson: resulta útil para aliviar o reducir la tensión física, a través de la relajación de un musculo que se encuentra en tensión. Dicha técnica consiste en adoptar una postura cómoda preferiblemente tumbado sobre una colchoneta, aunque también pueden estar sentados. Partiendo de haber adquirido la postura cómoda, se comienza a tensar diferentes grupos musculares durante unos segundos acompañado de una inhalación de aire, y posteriormente relajando los mismos y exhalando aire, siendo conscientes de ello en todo momento.
El entrenamiento autógeno (EA) es a través del cual se puede llegar a lograr un aumento en el rendimiento, una relajación voluntaria interna, control del propio organismo… Consiste en seguir una serie de pasos:
- Focalizar la atención en una extremidad.
- Bajo la repetición mental de que dicha extremidad es pesada y cada vez lo es más, conseguir sentir dicha pesadez.
- Posteriormente repetirse que se está completamente en calma.
Por último, cabe mencionar, que también se puede variar el ejercicio, es decir, buscar sentir, en vez de pesadez: calor, el latido del corazón en calma… realizando los mismos pasos que en la primera fase.
La respiración profunda, es una técnica que resulta útil, en aquellas situaciones en las que la persona presenta altos niveles de tensión, centrando la atención del mismo, en su respiración y abstrayéndose de los estímulos externos. Los pasos a seguir son:
- Adquirir una postura cómoda y colocar la mano sobre el abdomen, con el fin de tener mayor conciencia de la inspiración y expiración de aire.
- Inspiración lenta y profunda por la nariz, hinchando el abdomen.
- Seguidamente, se retendrá el aire unos 5 segundos.
- Posteriormente de forma lenta y controlada, se expulsará el mismo.
Se indica que dicho proceso una vez realizado dos o tres veces, la persona debe de intentar mantener el ritmo de la respiración, contribuyendo así a una buena relajación.
¿Existen técnicas que permitan potenciar la imaginación o la memoria de las personas?
La respuesta es afirmativa, ya que una de las técnicas más destacada y útil, es la técnica de visualización o la imaginería. Esta, se puede resumir, como la acción de imaginar una imagen/lugar, a través de la cual buscar sentirse en calma, tranquilo… liberando así la tensión y estrés que la persona este experimentando. Para ello, es necesario imaginar un lugar, y activar todos los sentidos, intentando experimentar o recordar, en el caso de que sea por ejemplo una playa, el olor del mar, el ruido de las olas, el tacto de la arena en los pies al pisarla, etc.
Es evidente como esta técnica y las descritas anteriormente, se produce el entrenamiento de capacidades cognitivas, como la memoria, atención y percepción. Estos, actúan, a la hora de intentar, no solo imaginar, sino recordar ciertos sucesos, así como mantener la atención en dicho estímulo y percibir el mismo, a través de los sentidos.
¿Dónde y cómo realizar las técnicas de relajación?
Las técnicas de relajación deben de ser realizadas en ambientes tranquilos, cálidos, sin estímulos distractores… Por lo que ¡adopta una postura cómoda, busca un ambiente acogedor y tranquilo, y pon en práctica una de las técnicas de relajación!
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Álvaro Castilla Morales