Adaptación a los cambios
A lo largo de nuestra vida sufrimos muchos cambios, nos quedamos sin trabajo, nos separamos de la pareja, cambiamos de casa, tenemos hijos, nos alejamos de nuestras amistades, se nos avería el vehículo, y muchas más cosas similares,
que tienen en común que son situaciones repentinas, que nos alteran nuestro ritmo diario y nuestras expectativas, lo que conlleva un alto nivel de estrés y necesitan de un alto grado de adaptación. ¿Cómo nos adaptamos a estas situaciones que nos acontecen a lo largo de nuestras vidas?
Los trastornos adaptativos son reacciones emocionales o conductuales como respuesta a un estresante identificable dentro de los tres meses siguientes a la aparición del mismo, de tal forma que el malestar sea mayor de lo esperable ante el estresante y que exista un deterioro significativo de la actividad social o laboral.
La edad promedio de los pacientes es de 25 años y la frecuencia de este trastorno es mayor en niños y adolescentes, con predominio en las mujeres.
La sintomatología es bastante variada e inespecífica. Lo más característico son las alteraciones emocionales y el malestar subjetivo. Dentro de las alteraciones emocionales los síntomas más frecuentes son los sentimientos depresivos, seguido por los de ansiedad o por una combinación de ambos. También son destacables la rumiación de problemas, sentimientos de ineficacia, de inacapacidad y de no poder soportar la situación, incapacidad de planificar el futuro e inhibición social. La intensidad puede variar entre mínimo y total deterioro del rendimiento laboral o académico. En los adolescentes pueden aparecer tendencias antisociales y actuaciones psicopáticas y en los niños tendencias regresivas y quejas somáticas.
Se pueden distinguir diferentes tipos de trastorno adaptativo, en función del predominio de los síntomas. Así de esta forma se puede diferenciar entre:
- Reacción depresiva, que puede ser breve (menos de un mes) o prologada (menos de dos años).
- Reacción mixta de ansiedad-depresión, combinación de síntomas de ambos afectos.
- Reacción con predominio mixto de otras emociones.
- Reacción con predominio de alteraciones disociales.
- Reacción mixta de emociones y alteraciones disociales.
El inicio del cuadro puede ser brusco, tardío o progresivo. Se denomina de inicio brusco si los síntomas aparecen en cuanto lo hace el estresante. De inicio tardío cuando los síntomas aparecen tras los primeros tres meses desde que apareció el estresante. Se denomina progresivo cuando los síntomas aparecen de forma insidiosa, aparecen lentamente tras la aparición del estresante.
El cuadro puede tender a desaparecer por sí solo en menos de seis meses, pero también puede cronificarse y persistir en el tiempo. Cuando esto ocurre es necesario un proceso terapéutico donde con ayuda de un profesional la persona sea capaz de recuperar su nivel de funcionamiento anterior, adaptándose al cambio.
El equipo de CIPSIA psicólogos con su enfoque cognitivo conductual puede ayudar con los síntomas de este trastorno con técnicas de relajación, reestructuración de expectativas y planificación del futuro y de las nuevas posibilidades ante el cambio.
Artículo escrito por Psicologo Ventas Cipsia Psicólogos: Patricia Palacios
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