Pensar demasiado

Todos alguna vez hemos tenido la sensación de dar demasiadas vueltas a un problema o asunto concreto, pensar demasiado sobre él. Ocupar mucho tiempo para no llegar a una conclusión satisfactoria y sentirnos nerviosos en todo ese proceso. El término “pensar demasiado”, también llamado “overthinking” o “rumiación” ha sido descrito por la psicóloga Susan Nolen-Hoeksema.

Se podría definir como dar muchas vueltas innecesarias, excesivas e infinitas al sentido, las causas y las consecuencias de un pequeño problema o idea, que pasa a generar más dudas, y a su vez mas pensamientos pesimistas que se van extendiendo hasta tomar total protagonismo de nuestra mente.

Preguntas del tipo; “¿debería haberme callado?”, “¿para este problema voy a necesitar ayuda de alguien?”, “¿tengo que buscar otro trabajo o es mejor seguir en este?”, “¿Mi relación de pareja es un fracaso?”, etc.

Ser una persona reflexiva que intenta pensar antes que actuar con objeto de tomar una decisión de la forma más racional e inteligente, es una buena forma de proceder. De ese modo se evita resoluciones improvisadas, viscerales, reactivas. Pero todo dentro de unos límites adecuados, en un término medio que no llegue al extremo de la rumiación. Existe la creencia que hay que forzarnos a tener un tiempo para “pensar en nuestras cosas”, de mirar hacia dentro invirtiendo tiempo en ello hasta llegar a la solución. “La solución” que resuelva nuestros problemas y nos haga sentirnos felices. Esta idea no esta respaldada científicamente, más bien lo contrario. Pensar demasiado puede producir consecuencias adversas.

 

Causas del pensamiento excesivo

Posiblemente haya muchas causas del overthinking, a continuación vamos a señalar las mas destacadas:

-La ausencia de valores claros. Actualmente tenemos muchas opciones, pero no hay valores claros que nos ayuden a elegir entre ellos.

-La necesidad de encontrar soluciones rápidas para todo.

-La tendencia a buscar una causa y explicación a todo lo que nos ocurre.

-Obsesión de que merecemos tenerlo todo, de controlarlo todo, de conseguirlo todo.

 

¿Qué consecuencias tiene el “overthinking”?

 

  • Empeora los estados de tristeza
  • Promueve sentimientos negativos
  • Reduce la capacidad para resolver problemas
  • Perjudica la motivación
  • Disminuye la concentración
  • Se pierde iniciativa para tomar decisiones

En términos generales, hace la vida mas complicada. Las dificultades a las que nos enfrentamos nos resultan mayores, es más difícil que encontremos las soluciones adecuadas. Además nuestras reacciones ante los hechos puede que sean más viscerales, más reactivas y vehementes. Perjudica también a nuestras relaciones sociales.

 

Pensar demasiado merma nuestra capacidad de solución de problemas y empeora el estado de ánimo

Aunque las personas tengan la sensación de que reflexionando uno se conoce mejor a sí mismo y a sus problemas, esto no es así. Se consigue todo lo contrario, es decir, un enfoque distorsionado y pesimista de su vida. La clave para entenderlo es darse cuenta de que la reflexión junto con un estado de ánimo decaído o ansioso es mala. Todos los estudios apuntan a que el pensamiento con estados de ánimo bajos o con angustia generan distorsiones cognitivas en la línea de verlo todo peor,  con mayor pesimismo, sin expectativas ilusionantes.

Si quieres saber más sobre las distorsiones cognitivas, puedes leer nuestro artículo aquí

 

Qué hacer para evitar pensar demasiado

Si tienes la costumbre de pensar demasiado necesitas aplacar ese pensamiento obsesivo, esas rumiaciones y desviarlas hacia otros pesamientos con un contenido que no te genere tensión. Las personas más felices son las que tienen mayor capacidad de distraerse y no centrar su atención en pensamientos ansiosos y negativos.

 

  1. Utiliza la técnica de respiración diafrágmatica.
  2. Entiende que pensar demasiado te agota y va a consumir tu energía.
  3. Haz ejercicio físico. El deporte genera en tu cuerpo serotonina que mejora tu estado de ánimo y tu modo de pensar.
  4. No te dejes vencer por tus pensamientos. Utiliza la técnica de detención de pensamiento y entiende que no eres tus pensamientos, y que puedes coger el timón.
  5. Escribe. Anota tus preocupaciones. También puedes escribir un diario, eso tu ayudará a canalizar tu malestar.
  6. Las cosas muchas veces son más sencillas de lo que crees. No siempre las causas de tus problemas son profundas y complicadas.

Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Francisco Ortiz