Aunque este año de forma algo tardía e inusual, los planes de playa y piscina siguen estando en nuestra lista veraniega. Como todos los veranos, enseñar el cuerpo se convierte en una preocupación para muchas mujeres y algunos hombres, con lo que ponemos en marcha la conocida “operación bikini”. Las “dietas milagro”, empezar a hacer deporte excesivo, o los múltiples tratamientos estéticos forman parte del proceso, que normalmente acaba en fracaso y genera gran frustración.
Ahora bien, ¿alguna vez te has preguntado por qué tienes que someterte a una estricta operación bikini? ¿Te has parado a pensar en lo que supone la operación bikini respecto a la forma en la que valoras tu cuerpo?
Si quieres saber más sobre cómo afrontar los problemas de imagen corporal en verano, puedes leer nuestro artículo aquí
Posibles problemas emocionales que nos llevan a la operación bikini y las “dietas milagro”
Con el calor y el buen tiempo, la exposición del propio cuerpo trae mayor atención a nuestro físico. Ello puede realzar inseguridades que se encuentran presentes todo el año, pero que dejamos “aparcadas”. El ideal social de belleza joven y esbelta, inalcanzable y realmente poco usual en la realidad, nos hace marcarnos objetivos inalcanzables y poco realistas, lo que puede ir asociado a una gran cantidad de malestar.
En la base de todo esto están las creencias erróneas sobre el valor de la delgadez, como sinónimo del éxito y la belleza. Llegamos a creer que nuestro aspecto físico determina en gran parte nuestro éxito laboral y amoroso, nuestras amistades, nuestras experiencias vitales y nuestra satisfacción general. Si bien esta puede ser la idea que se muestra en los medios, el aspecto físico no lo es todo en la felicidad de una persona, sino que también son necesarias habilidades y recursos para poder navegar por la vida.
Todos estos mensajes de lo que es aceptable y deseable en cuanto a aspecto físico se refiere, lleva a muchas personas, y en especial muchas mujeres, a dedicarle una gran cantidad de tiempo, dinero y espacio mental a construir un aspecto físico socialmente aceptable. Surge así la obligación percibida de empezar una dieta para solventar todos nuestros problemas. Sin embargo, muchas veces no nos damos cuenta de que detrás de ese anhelo de poseer el cuerpo perfecto se encuentran los problemas emocionales, de autoestima, de percepción distorsionada de la figura, de perfeccionismo, baja tolerancia a la frustración, etc.
El peligro de las “dietas milagro”
No son saludables para el cuerpo
Dado que muchas veces se empiezan sin control de un profesional en nutrición, no es poco frecuente que este tipo de dietas tenga efectos adversos sobre la salud. Cuando llevamos a cabo una de estas dietas restrictivas, nuestro organismo entra en una especie de “modo de supervivencia”, por lo que se ralentiza el metabolismo para preservar las reservas de energía y se queman menos calorías, produciendo el efecto contrario al esperado. Más allá de eso, a largo plazo este tipo de dietas hace ganar peso.
Los profesionales de la nutrición suelen abogar más bien por un cambio permanente en la alimentación para que esta sea más equilibrada, por encima de las dietas cortas, que producen efecto rebote. Esta es una forma más saludable de perder peso, y no genera la espiral de frustración y pensamientos negativos asociados al aspecto corporal. Cabe decir también que la simple pérdida de peso no solucionará realmente los problemas psicológicos, por lo que muchas veces se recomienda asistencia psicológica paralela a la nutricional.
Emociones negativas
Las expectativas irreales de alcanzar el canon de belleza de la delgadez, los mitos y creencias sobre la belleza física y la salud, hacen daño a nuestra imagen corporal. Además de ello, el fracaso previsible de esta forma de perder peso puede aumentar la sensación de frustración y la mala imagen corporal, y hacernos sentir culpables o incompetentes.
La imagen corporal, o forma en la que valoramos nuestro aspecto físico, constituye una parte importante de nuestra autoestima y nuestra satisfacción vital. La percepción distorsionada del propio cuerpo y la valoración negativa del mismo generan gran insatisfacción, y nos llevan a pensamientos sesgados y desadaptativos. Es por ello que debemos cuidar los mensajes que nos decimos, porque muchas veces nos juegan una mala pasada.
Si quieres saber más sobre los pensamientos desadaptativos, puedes leer nuestro artículo aquí
Si quieres saber más sobre las distorsiones en el pensamiento, puedes leer nuestro artículo aquí
El vínculo emocional con la comida
Desde nuestra infancia, aprendemos a relacionar las emociones con la comida. La comida tiene un efecto calmante de la ansiedad, especialmente los alimentos con alta densidad calórica, lo que la puede hacer una forma de evitación del malestar y de las emociones complicadas, y dar lugar a los “atracones” o al “comer emocional”. En otras ocasiones, se puede asociar la comida con el escaso atractivo corporal o con la falta de autocontrol, haciendo que la persona ayune y haga dietas para solventar los problemas o demostrarse a una misma la propia valía. En ambos casos, que pueden darse juntos en la persona, se establece una relación peligrosa y poco saludable con la comida, que puede llevar a un Trastorno de la Conducta Alimentaria.
Si quieres saber más sobre la relación emocional que establecemos con la comida, puedes leer nuestro artículo aquí
La relación entre salud física y salud mental
La salud física y la salud mental están estrechamente unidas entre sí. En el caso que nos ocupa, la salud mental y el bienestar psicológico promueven la salud física favoreciendo el autocuidado y un estilo de vida saludable, y además nos ayuda a sentirnos más a gusto con nuestro cuerpo. En el caso de que se quiera perder peso, es importante valorar las razones para ello, revisar los mensajes y creencias sobre el valor de la delgadez y el cuerpo perfecto, y también reflexionar sobre qué problemas psicológicos pueden estar detrás del deseo de modificar el físico.
Si quieres saber más sobre la relación entre salud física y salud mental, puedes leer nuestro artículo aquí
Si quieres saber más sobre la importancia del autocuidado, puedes leer nuestro artículo aquí
En CIPSIA Psicólogos somos expertos en tratar problemas de imagen corporal y de Trastornos Alimentarios. Si sientes que necesitas ayuda con este u otro problema psicológico, no dudes en contactarnos.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano