Hoy por hoy, ser extrovertido es, probablemente, uno de los rasgos mejor valorados en las sociedades occidentales. En general, ser alegre, sociable y optimista, es algo que se suele ver como positivo, mientras que ser tranquilo, reservado y reflexivo, quizás no tanto. Desde 2011, se celebra cada año el Día Mundial de los Introvertidos, para festejar el fin de las fiestas y compromisos navideños, agotadoras para millones de introvertidos en el mundo, y para reivindicar las ventajas de este rasgo. ¿Cuáles son estas ventajas?
Ventajas de ser introvertido
Son numerosas las celebridades que podrían calificarse como personas introvertidas, entre muchas otras Albert Einstein, Bill Gates, Mahatma Gandhi o Mark Zuckerberg, y es muy probable que haya sido en parte por su personalidad que han llegado tan lejos.
Introversión vs. Extroversión
Antes de entrar en qué puntos tienen a su favor los introvertidos, deberíamos concretar qué es exactamente la introversión, y en qué se diferencia de su opuesto, la extroversión.
Una explicación que puede resultar bastante esclarecedora acerca de la diferencia entre estos dos polos es la que dió el psicólogo alemán Hans Eysenck a mediados del siglo pasado. Según su teoría, el modelo PEN de personalidad, el rasgo Extroversión-Introversión vendría determinado por el nivel de activación cerebral de cada persona. De esta manera, una persona introvertida tendría un nivel de activación cerebral ya de por sí alto, lo que hace que no necesite de más estimulación externa para estar satisfecho. Por eso, las personas más bien introvertidas suelen preferir ambientes más silenciosos y planes más tranquilos. Mientras tanto, una persona extrovertida se caracterizaría por un nivel de activación cerebral menor, lo que le llevaría a buscar esa activación fuera, en experiencias fuertes y en el contacto con otras personas.
Si quieres saber más sobre las diferencias entre introvertidos y extrovertidos, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí
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Tendencia a la reflexión
Sabiendo que los introvertidos buscan la soledad y la tranquilidad, no resulta raro imaginarse que sean personas por lo general más reflexivas. Esto se traduce en que realizan un análisis más profundo de las situaciones, con lo que finalmente llegan a ideas y conclusiones nuevas y más complejas. Es por ello por lo que las personas introvertidas suelen ser las más creativas.
Imaginación
Debido a su tendencia natural a la reflexión, cabe esperar que los introvertidos tengan un mundo interior muy rico, lo que sumado a su talento creativo se traduce en una gran capacidad de imaginación. Son curiosos por naturaleza, y suelen encontrar en la lectura una gran fuente de entretenimiento, lo que hace que sean bastante autodidactas.
Suelen tomar decisiones más sensatas
A diferencia de los extrovertidos, los introvertidos son menos enérgicos e impulsivos. Asumen menos riesgos, y toman decisiones de manera más premeditada. Esto puede suponer, en muchos casos, tomar la decisión más racional y posiblemente la más acertada, en lugar de inclinarse por el primer impulso, como haría un extrovertido.
Mayor capacidad de concentración
Como las personas introvertidas no necesitan de distractores externos para no aburrirse, es más fácil que mantengan la atención en una tarea durante más tiempo. Esto hace que aprendan mejor y sean más productivos, aunque no significa que sean más inteligentes que sus compañeros más extrovertidos.
Es menos probable que se aburran
Para “recargar las pilas”, los introvertidos suelen buscar tiempo en soledad, y son perfectamente capaces de disfrutar de actividades que no impliquen a otras personas, por lo que normalmente son más independientes.
Aunque a veces tendamos a considerar el ser introvertido como un rasgo negativo, no es mejor o peor ser la una o la otra cosa, simplemente cada forma de ser tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por ejemplo, los extrovertidos lo tendrán más fácil en situaciones en las que haya que socializar con más gente, mientras que los introvertidos tendrán mayor facilidad a la hora de establecer relaciones más profundas y en las que pese más la calidad que la cantidad.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Irene Serrano