A lo largo de nuestra vida vamos a pasar por situaciones complejas que nos va a resultar difícil manejar, o que nos va a producir mucho estrés o dolor. Una de las situaciones que más estrés generan es ser el cuidador principal de una persona dependiente, ya sea por una enfermedad física o psicológica. De hecho, en las situaciones más complejas se puede llegar a desarrollar el síndrome del cuidador. Por ello, en el artículo de hoy hablaremos sobre la importancia de cuidarse para poder cuidar.
Si quieres saber más sobre el síndrome del cuidador, puedes leer nuestro artículo sobre ello pinchando aquí
Cuidarse para poder cuidar
Como decíamos al comienzo de este artículo, cuidar de un familiar enfermo es una situación compleja de manejar. Primero, por el dolor que genera ver a un ser querido sufrir durante un largo periodo de tiempo. Segundo, por la complejidad de ser cuidador cuando no nos hemos formado para ello y tener que manejar situaciones con gran dificultad. Por último, por el cansancio y la fatiga física y emocional que supone responsabilizarse de los cuidados de una persona enferma.
Por estos motivos, cuando nos convertimos en cuidadores no profesionales es importante que mantengamos una salud emocional y física adecuada. Si no nos mantenemos fuertes, no vamos a poder llevar el cuidado de nuestro familiar y acabaremos por enfermar nosotros mismos. Para ello es importante que descansemos y que comamos adecuadamente y que mantengamos un buen estado de ánimo. Para este segundo objetivo es importante no sólo aprender a manejar el estrés y la ansiedad, sino también mantener unos hábitos de salud emocional. Estos hábitos de salud emocional incluyen crear un espacio personal en el que podamos no sólo descansar, sino también realizar actividades que nos reporten emociones positivas.
Artículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sara Catalán