Calor: ¿cómo nos afecta?

En esta época del año en la cual las temperaturas que soportamos la mayoría de los días son tan altas, muchas personas sienten que el calor les afecta y achacan muchos de sus problemas a este hecho. Sin embargo, ¿cuántos de estos problemas realmente podemos achacar a las altas temperaturas?

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Consecuencias psicológicas del calor y cómo ponerles solución 

Mayor sensación de fatiga 

Con las altas temperaturas, que además tienden a quedarse altas también durante las noches,  es bastante habitual que tengamos problemas para conciliar el sueño. Cuando no dormimos las horas suficientes, al día siguiente tenemos sensación de cansancio y dificultades en áreas importantes de nuestra vida. Si además, sumamos el cansancio que producen las altas temperaturas diurnas, se produce una gran sensación de fatiga.

Una estrategia para que esto no nos afecte tanto, empieza por cuidar nuestras horas y calidad del sueño. En estos días de verano es importante que intentemos en la medida de lo posible mantener una temperatura agradable en la habitación. Una buena estrategia puede ser darse una ducha antes de irse a dormir, o dejar el aire acondicionado puesto un rato antes de irnos a la cama.

– Si te interesa saber más sobre el insomnio, puedes leer nuestro artículo pinchando aquí.

Aumento de nuestra susceptibilidad 

Cuando hace mucho calor y estamos más cansados y fatigados es muy habitual que nos notemos más susceptibles. Las cosas nos afectan más y las cosas que antes nos eran indiferentes ahora nos molestan mucho más. Esto sucede por el cansancio que supone el calor, y también por sus consecuencias en nuestra salud como mayor aumento del dolor de cabeza.

Una estrategia para que no estemos tan susceptibles, es practicar una técnica de relajación como la respiración. ¿Por qué puede ser de utilidad? Porque cuando nos obligamos a respirar antes de responder o de reaccionar ante algo, nos da la oportunidad de tranquilizarnos y pensar con mayor claridad sobre lo que ha ocurrido.

Disminución de la capacidad de concentración 

Como hemos hablado en párrafos anteriores, el calor hace que estemos más cansados y susceptibles. Además, junto con estas dos consecuencias, el calor también influye en la capacidad de concentración que se puede acentuar por el cansancio acumulado.

Una estrategia para poder mejorar nuestra concentración es procurar que estemos llenos de energía. De esta forma tendremos las fuerzas para concentrarnos más, si es que esta falta de concentración no tiene una causa extra a parte del calor. Por eso es importante que cuidemos nuestro sueño y nuestra alimentación.

calorArtículo escrito por CIPSIA Psicólogos Madrid: Sara Catalán

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