¿Cómo puedes mejorar tu autoestima?

La autoestima es el conjunto de percepciones, imágenes, pensamientos, juicios y afectos que tenemos acerca de nosotros mismos. Es el concepto que tenemos de nosotros mismos, de nuestras capacidades o, en general, cómo nos juzgamos a nosotros mismos.

La autoestima se forma a partir de los pensamientos, sentimientos y experiencias que vamos teniendo de nosotros mismos.

De forma casi involuntaria sacamos una pequeña conclusión de nuestra eficacia a través de las percepciones de cada una de las experiencias en las cuales nos vemos envueltos. La suma de estas sensaciones junto con los comentarios que hemos ido recibiendo a lo largo de nuestra vida de cómo nos perciben, irán dejando huella en el concepto que tenemos de nosotros mismos.

Existe una relación directa entre la autoestima y nuestro estado de ánimo. De este modo una adecuada autoestima suele ir acompañada de un sentimiento de bienestar con nosotros mismos. De la misma forma cuando existe un déficit de autoestima, este nos produce un bajo estado de ánimo, acompañado de un sentimiento de malestar con nosotros mismos. Por otro lado son muchos los pacientes con problemas depresivos que manifiestan tener una baja autoestima. En estos casos se recomienda apoyo psicológico.

Desde el equipo de CIPSIA psicólogos, os invitamos a que evaluéis vuestra autoestima.

1) Coge un papel y un lápiz.

2) Ponte a pensar cómo te ves a ti mismo. No te olvides de ningún aspecto:

  • Físico
  • Intelecto
  • Carácter
  • Sexualidad
  • Relaciones con los demás
  • Desarrollo de las funciones en el trabajo /estudios
  • Desarrollo de las tareas cuotidianas

3) Señala con un positivo (+) o un negativo (-) las descripciones que consideres que son buenas según tu punto de vista y las que consideres que son malas, respectivamente.

4) Haz un recuento de las características buenas y las malas para observar las que    prevalecen en cada una de las dimensiones de tu persona. Es Importante que evalúes de  forma separada cada faceta de ti para analizar más tarde como la podemos cambiar.

A continuación te proponemos que revises cada una de las características que consideres negativas y hagas los siguientes ejercicios:

– Describe en características objetivas el problema: se trata de intentar ser concretos en el defecto para poder buscar una solución que podamos aplicar.

  • Ejemplo: Estoy gorda: Me  sobran 10 kilogramos. Solución: empezar a hacer ejercicio.

– Fíjate en las excepciones de tus defectos: todo comportamiento tiene excepciones dependiendo de las personas con las que estemos, de las situaciones, etc. Observa los elementos principales que acompañan las excepciones e intenta analizarlos. Una vez sepas lo que hace que actúes de un modo distinto, esto te ayudará a cambiar tus próximas conductas.

– Intenta encontrar cualidades positivas dentro de las conductas o características que consideres negativas.

  • Ejemplo: puede que te pongas muy nerviosa hablando en público pero en las distancias cortas te sepas manejar con eficacia, empleando todas tus habilidades sociales.

– Distingue los defectos que son producto de críticas u opiniones de los demás, de los defectos que tú mismo/a consideras que tienes: a veces asumimos como ciertas opiniones de los otros sin ni tan solo contrastarlos con nuestras propias ideas. Es muy importante plantearnos si realmente creemos que tenemos ese defecto.

Por último, los psicólogos os recomiendan que si con alguna de estas características negativas os bloqueáis y no sois capaces de objetivarla y modificarla, o de verla de un modo más relativo, pidáis ayuda psicológica para que mediante técnicas como la restructuración positiva se os enseñe a ir modificando progresivamente algunas de las creencias más ancladas en vuestra cabeza.

Artículo escrito por Psicologo Ventas Cipsia Psicólogos: Anna Cadafalch